De repente apareció el fútbol. Un reducido, es cierto, pero fútbol al fin. El plantel de Newell's trabajó ayer por la tarde en la Villa Marista en espacios reducidos: 50 metros de largo por algo más de 60 de ancho. La consigna, la justificación del entrenamiento, quedó claramente expresada sobre el final de la práctica cuando Rosales se comió un gol imposible casi abajo del arco. "No mires la pelota, Mauro. Por ahora sólo nos importa la posición". Entonces Rosales no falló. Está claro, el endurecimiento que provoca la pretemporada genera ese tipo de yerros inusuales para jugadores profesionales, pero lógicos para esta altura del año. El equipo titular se impuso a uno de suplentes por 3 a 2 en dos tiempos de 18 minutos cada uno. Manso hizo los tres goles del equipo principal, mientras que Villar, tras un desvío en Crosa, y Domizi (no podrá jugar contra River en la primera fecha del campeonato porque debe purgar una fecha de suspensión) descontaron para los suplentes. Los titulares formaron con Passet; Vella, Crosa, Grabinski y Adinolfi; Liendo, Sebastián Domínguez y Grech; Manso; Rosales y Lagorio. El alternativo alistó a Palos; Ruiz, Ré, Martorell y Cafasso; Villar, Fondato y Domizi; Marino; Sacripanti y Saucedo. En el segundo tiempo Pocrnjic reemplazó a Palos, Bartolini a Martorell, Torres a Cafasso y Elvio Martínez a Villar. Antes, los jugadores de campo realizaron trabajos con pelota a las órdenes del profesor Alfredo Weber y los arqueros fueron sometidos a un intensísimo trabajo conducido por Esteban Pogany. Al margen del esfuerzo realizado por Passet, Palos y Pocrnjic, la puja de los arqueros estuvo centrada en tratar de recibir la menor cantidad de goles posible. La pulseada fue ganada por Passet por escaso margen. Por la mañana los rojinegros concurrieron a un gimnasio céntrico para trabajar el tren superior y posteriormente cumplieron con las tareas físicas de rigor en parque Camet.
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