El presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli, sostuvo que "es imposible pensar en una mejora económica de la Argentina si no se respetan reglas mínimas de seguridad jurídica", porque "no se pude cambiar todos los días las reglas de juego, ni la carta orgánica del Banco Central". El funcionario, quien disertó en el XVII Congreso de la Federación Iberoamericana de Asociaciones Financieras (Finabin) afirmó que la baja del dólar y las tasas, junto con el ingreso de fondos frescos a los bancos registrado en las últimas semanas, dio al sistema financiero una estabilidad que puede servir de base a la reactivación económica. En el congreso disertaron también los ex presidentes del Central Pedro Pou y Javier González Fraga, que polemizaron sobre las causas de la implementación del corralito financiero, Para Pou, "el sistema financiero es totalmente dependiente del default público, y uno de los puntos básicos para su reconstrucción es aumentar el ahorro interno para bajar la vulnerabilidad". Criticó además "los manejos del Banco Central desde mayo del 2001, que formaron parte de la cuenta regresiva que llevó luego al corralito". González Fraga, por su parte, opinó que "es preferible que cierren algunos bancos, como sucedió en Uruguay, que herir la confianza en el sistema, como sucedió en Argentina". A su criterio, "el futuro del sistema bancario esta dado por bancos sólidos fruto de fusiones y compras, un mercado de capitales más amplio que enlace el ahorro con la actividad productiva, un sistema en el que se capitalicen las empresas aunque esto implique el cambio de manos y, normas que regresen capitales que emigraron a través de la generación de negocios". Explicó que. "este es el camino que siguieron Brasil, Chile y México, y es lo que conducirá al bienestar de la Argentina". También vaticinó que "como los grandes bancos fueron afectados en su prestigio, los más chicos y especializados serán el nexo entre ahorristas y productores".
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