El tucumano sabe que en su momento estaba lejos de la elite mundial. Aunque está convencido de que si hubiera tenido los mismos beneficios que los mejores, él también hubiese dado más. "Quería viajar al exterior para ver qué novedades había en los primeros planos. Pero era consciente de que mi nivel era muy bajo a nivel mundial. No era porque no tenía las condiciones físicas. Ni tampoco que no quería planificar un plan de entrenamiento sino que no tenía cómo. La falta de recursos económicos me impedían estructurar un plan de trabajo como correspondía. Aún así logré un nivel que me mantuvo en los primeros planos hasta el 97, junto con atletas de la talla de Oscar Amaya, Antonio Ibáñez y Antonio Silio". Incursionar en competencias del exterior era todo una odisea. Juárez debió esperar pacientemente y al final lo pudo hacer. "A principios del 90, y como en la mayoría de las pruebas de calle había plata, eso me permitía solventar los gastos para entrenar y salir al exterior. En el 94 estuve compitiendo en España durante 3 meses, lo que me sirvió para mejorar mis marcas".
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