Gustavo Barros Schelotto justificó con creces su inclusión en el primer equipo auriazul. Con el oficio y la simpleza de su juego se erigió en una de las individualidades destacadas de Central. Claro que la irregularidad colectiva también lo llevó a perder protagonismo en el complemento, aunque en lo particular quedó con un buen saldo a favor. El Mellizo debió reemplazar al lesionado Cristian Pino, a pesar de que su condición física también se vio diezmada por un esguince de tobillo que padeció durante la práctica del jueves. Algo que quedó en evidencia cuando promediaba el complemento. Barros Schelotto rápidamente comenzó a marcarle el camino a Central por el sector izquierdo. Desde allí, con entradas punzantes y pases rápidos y precisos, generó las situaciones más claras en los primeros 30 minutos del partido. Mérito que fue reconocido por el público, el que aplaudió en cada intervención del ex volante de Gimnasia y Esgrima La Plata, Boca, Villarreal y Racing. Pero De Bruno, de un arranque vertiginoso, se diluyó rápidamente y el Mellizo empezó a desplazarse hacia el medio para colaborar en la generación. Este movimiento le quitó marca al sector izquierdo, algo que recuperó cuando ingresó Diego Erroz, más allá de que su ingreso haya sido por el jugador equivocado, porque Mandra, a diferencia de Figueroa, había justificado con creces su permanencia en la cancha.
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