En síntesis, esto es lo importante: Central sigue sin ganar. ¿Por qué? Porque no tiene equilibrio. Porque tiene la pelota pero no controla el partido. Porque cada día defiende peor. Porque comete errores increíbles en la definición y en la contención. Porque el equipo es discontinuo para el acierto y constante para la equivocación. Y en este contexto Menotti y sus dirigidos están en una situación límite. Con tolerancia cero. En el que Central conjuga su futuro en tiempo imperfecto.
Los canallas terminaron empatando otro compromiso que debían ganar. Pero para cambiar el desenlace primero tenían que variar el juego. Y sólo modificaron nombres. Porque el funcionamiento fue tan irregular como el que exhibió en los anteriores seis cotejos. Por eso el 2 a 2 frente a Talleres no fue sorpresivo. Aunque sí inesperado para los hinchas que siguen esperando una victoria que no llega y ya exaspera.
Central arrancó con el mismo vértigo que demostró contra Huracán. Y terminó con el idéntico desorden que evidenció ante Arsenal. Y en el transcurso los baches de siempre. Con la impotencia habitual para desnivelar. Como así el hábito de replegarse con anarquía y a destiempo. Fundamentalmente porque Ferrari elige mal los momentos para proyectarse y deja libres los espacios a su espalda.
Cuando los auriazules coparon el terreno en el inicio, asomó el certero y criterioso Gustavo Barros Schelotto para conducir, y a partir de sus toques de primera se sucedieron las ocasiones más claras. Como la que dispuso Mandra a los 15', pero apuntó al cuerpo de Islas, quien se quedó con la pelota.
Todos esperaban el gol de Central, pero ante el primer contraataque Claudio González casi convierte, pero Castellano comenzó a erigirse en figura al tapar el remate. Otra vez las viejas amenazas. Nuevamente los temidos presagios se hacen realidad. El Cata Díaz se equivoca al no despejar y tras una tapada del Rifle, Diego Bustos empuja al gol. Sólo se escuchó el sonido del fuerte viento. El mismo que trajo los fantasmas de otra desilusión.
Pero en el complemento, en apenas cuatro minutos, Mandra acalló los silbidos cuando en complicidad con un adversario primero y con una excepcional definición después -tras una perfecta asistencia de Daniel Quinteros- sacó a Central de la hoguera. Y el grito centralista superó al viento.
Claro que la victoria parcial no fue producto de una mejor puesta en escena canalla, sólo fue producto de una atropellada y de una ráfaga de certeza. La desazón estaba apenas adormecida. Pero la desorganización auriazul se encargó de despertarla. La Paglia habilitó a Bustos, quien sacó un fuerte remate que se desvió en Ferrari para descolocar a Castellano. La tormenta recuperó su lugar de residencia en Central.
El resto fue más de lo mismo. Un grupo de individualidades sin claridad. Corriendo sin dirección. Atacando sin estrategia. Defendiendo sin sistema. Porque siete partidos sin triunfos no es producto de la mala suerte. Porque para ganar hay que jugar. Y Central lo hace en pequeñas dosis. El tiempo se agota. Y Arroyito ya está en alerta roja. Justo ahora que el próximo rival es Independiente.
Síntesis
R. Central 2: Castellano 8; Ferrari 3, Maidana 5, D. Díaz 5 y Cárdenas 5; M. Quinteros 4, D. Quinteros 6 y Barros Schelotto 7; De Bruno 4 (71' Erroz); Mandra 7 (77' Delgado) y Figueroa 4. Suplentes: Manchado, Arriola y P. Sánchez. DT: César Menotti.
Talleres 2: L. Islas 6; Plaza 6, Avendaño 5, Smigiel 6 y Baroni 6; Solana 5 (74' Roth), Rimoldi 6, J. Lux 5 (63' Real 4) y D. Bustos 7; La Paglia 6 (89' Carrizo) y C. González 7. Sup: M. Gutiérrez y Erpen. DT: Sergio Batista.
Cancha: Gigante de Arroyito.
Arbitro: Gabriel Favale (4).
Goles: 36' y 81' D. Bustos (T), 55' y 59' Mandra (RC).
Amonestados: Maidana y D. Quinteros (RC); Lux, Baroni, Solana, Islas, Rimoldi y La Paglia.
Expulsado: 90' Real (T).