Familiares de las 47 personas que murieron al desbarrancarse el micro recibieron ayer en la ciudad de Concepción los cuerpos de sus seres queridos en un clima de dolor y reclamos por las precarias condiciones en que se realizó el viaje.
El envío de los cuerpos se realizó en forma lenta, debido a la gran cantidad de trámites que debieron realizarse en la catamarqueña cuesta del Totoral.
El vehículo realizaba el viaje con diversas irregularidades, a punto tal que la delegación Tucumán de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT) adelantó que el ómnibus no está registrado y por lo tanto no pasó los controles que exige la ley nacional de transporte. "En nuestros registros no figura el vehículo de la empresa Oyola", indicó el titular de la CNRT, Miguel Alurralde, quien precisó que la unidad con patente VWL 472 no estaba en regla.
En la ciudad de Concepción, ubicada a 75 kilómetros al sur de la capital, se vivía anoche un clima de gran conmoción y las autoridades municipales y provinciales ofrecieron que, al no haber un sitio para albergar a los 47 féretros, los velatorios se hagan en forma conjunta en tres lugares distintos.
El intendente Octavio Muedra preparó las sedes del Sindicato del Ingenio Concepción, de la Sociedad Sirio Libanesa y del Club Belgrano para que reciban a los familiares y amigos de las víctimas, aunque también les dio la opción de realizar un velatorio privado.
El gobierno de la provincia se hizo cargo de los gastos fúnebres -tanto para quienes optaron por una ceremonia conjunta como para aquellos que lo hicieron por una particular-, por lo que contrató a numerosas empresas de la capital para que enviaran sus móviles hasta Catamarca.
El gobernador Julio Miranda, quien se trasladó a Catamarca, anticipó que "el gobierno ayudará económicamente a los familiares que tuvieron que soportar esta tragedia", pero en principio no estableció el monto ni fijó el mecanismo por el cual se canalizará la ayuda.
Investigación
El comisario Luis Carrizo, titular de la Regional Sur, confirmó que, en forma paralela a la investigación de la Justicia, "se dispuso una actuación administrativa a los efectos de determinar la responsabilidad de la empresa y de los controles policiales por los cuales atravesó el ómnibus".
"Es muy aventurado decir eso; sin embargo, investigaremos quiénes estaban de turno y qué tipo de controles efectuaron", respondió cuando se le preguntó sobre la versión de que el ómnibus le habría pagado una suma a un agente para circular con más gente de la autorizada.
La caída del micro en El Totoral hizo revivir lo ocurrido el 12 de febrero de 2000 en Camboriú, Brasil, cuando 40 tucumanos murieron al volcar un ómnibus de la empresa Giménez Viajes, lo que generó una movilización similar del gobierno y de la sociedad que también estuvo tres días de duelo.
"Hay una gran similitud entre ambos accidentes porque en los dos casos fallaron los mecanismos de control comenzando por los puestos camineros", manifestó el ex legislador José Páez, tío de César Masino, una de las víctimas de Camboriú.
El abogado anticipó que también en este caso se generará "una lluvia de juicios de responsabilidad civil, como sucedió aquella vez", al margen de las actuaciones administrativas ante las autoridades encargadas del control en el sistema de transporte de la provincia y de la Nación.
"Han pasado más de dos años y hasta el momento no hemos logrado una sanción determinante sobre quienes tuvieron la responsabilidad de dejar que un ómnibus saliera, desde Tucumán, con desperfectos técnicos. Si se hubiese evitado eso, tal hoy no estaríamos llorando nuevamente", concluyó Páez. (Télam)
La Ciudad
