El gobernador de Catamarca, Oscar Castillo, confirmó ayer, a partir de dichos de testigos, que el ómnibus donde murieron casi medio centenar de pasajeros habría tenido un problema de frenos, al tiempo que ratificó que había más gente de lo permitido en el colectivo. También admitió que la policía caminera no habría hecho un "control efectivo". No obstante, el mandatario prefirió, antes de emitir opinión, que terminen de realizarse las pericias. Al llegar junto a su par tucumano, Julio Miranda, al cementerio municipal de Catamarca, en cuya morgue se encontraban las víctimas fatales, Castillo señaló que habría sido un problema de frenos lo que derivó en la caída del ómnibus por el barranco. "Estamos en conocimiento de las declaraciones de uno de los choferes y algunas víctimas, y es que se habría cortado los frenos y aparentemente el conductor quiso hacer un cambio y no pudo lograrlo, pero la pericia no está concluida", explicó el mandatario catamarqueño. Castillo hizo hincapié en que sería mayor la cantidad de pasajeros que de asientos en el micro. "Hay un acta, aparentemente, que se da a la caminera y no es la cantidad de gente que había. El acta es de cincuenta y tantas personas pero por las víctimas que hay había unas 71", señaló. Castillo también admitió que en el colectivo viajaba gente parada y prueba de ello está que había algunas banquetas que se encontraron en el lugar del accidente. En cuanto a los requisitos técnicos para los micros, Castillo reveló que ayer a la tarde dictó algunos decretos y resoluciones para que de aquí en más las causas sean otras y no las causas técnicas las que puedan ocasionar un accidente. (DYN)
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