El defensor del seleccionado argentino Mauricio Pochettino admitió ayer que, tras la eliminación en la primera fase del Mundial de Corea-Japón, "en los vestuarios no hablamos nada, sólo se escuchaban llantos". Además, el zaguero reconoció que la autoevaluación acerca del rendimiento exhibido por el equipo de Bielsa no se realizó apenas concluido el partido con Suecia sino tiempo después, cuando el plantel ya no estaba en el estadio de Miyagi. "Tras el partido no hablamos, sólo se escuchaban llantos. Había un dolor tremendo", reconoció Pochettino desde Francia en una entrevista radial. El ex Newell's Old Boys, que viajó directamente a París para encontrarse con su familia, aseguró que "en el partido contra Suecia estuvimos 45 minutos en el arco de ellos, pero no entró. El grupo mantuvo una misma línea, una expresión futbolística que todos compartimos. Fuimos honestos con nosotros mismos y fieles a cuatro años de trabajo. Nosotros éramos concientes de cómo quería jugar Bielsa y estábamos de acuerdo con su forma de pensar y en sus ideas". Al opinar sobre el rendimiento del equipo indicó: "Hemos analizado los tres partidos que jugamos y la superioridad de Argentina en los tres está clara. El equipo estaba bien, estaba suelto y queríamos darle una alegría al pueblo. Defendimos a muerte nuestra camiseta, pero los resultados no acompañaron. Yo sé, que como siempre sucede, con la derrota van a hablar mal". "La gente va a buscar un culpable luego de esta decepción. Pero nosotros nos fuimos con la conciencia tranquila. Hemos sido sinceros con nosotros y con la gente, defendimos nuestros ideales. Por mérito y por trabajo merecíamos otros resultados", agregó. En tanto, Pochettino no le encontró explicación a la temprana eliminación de Argentina. "No le encontramos el porqué. Muchas veces entra en juego el factor suerte y la fortuna. Esta vez el destino ha dicho que no. A Suecia lo atacamos por el centro y por los costados, pero la pelota no entró. Se hizo todo para clasificar, se hizo el mejor fútbol del grupo, pero no pudo ser", explicó muy triste. Respecto al penal que el árbitro italiano Pierluigi Collina le cobró en el segundo partido ante Inglaterra sobre Owen y que David Beckham transformó en el gol del triunfo, Pochettino se mostró seguro de que no cometió falta. "Me quería morir cuando me di cuenta de que había marcado penal. Yo estaba seguro de que Collina había sancionado simulación de Owen. (Télam)
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