Ayer fueron despedidos en el cementerio de la Chacarita los restos del oficial principal Adrián Falduto, quien fuera jefe de custodia del canciller Carlos Ruckauf, al mismo tiempo que la Policía Federal informaba de la detención de sus presuntos asesinos (ver aparte). Mientras tanto, también fueron sepultados los restos del sargento ayudante Julio Alvarez, de 56 años, en el cementerio Jardín del Oeste de González Catán, y del oficial inspector Carlos Ignacio Gaganian (31), en el cementerio municipal de Morón, ambos asesinados ayer en un intento de asalto en Lomas del Mirador. Al final del sepelio de Falduto (40), tanto Ruckauf como el jefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra pasaron un mal momento, al ser insultados por un grupo de personas que se encontraban en el lugar, quienes reclamaron "menos política y más hechos para proteger a la policía". Minutos antes, el ex gobernador bonaerense, con lágrimas en los ojos, mantuvo un breve contacto con los periodistas, en el que sólo atinó a fustigar al juez y al fiscal que dejaron en libertad al autor del crimen de Falduto. "Leyes que protegen asesinos, jueces que protegen asesinos, le va a tocar a cualquiera si esta sociedad no cambia", señaló.
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