Año CXXXV
 Nº 49.314
Rosario,
miércoles  28 de
noviembre de 2001
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Todos los dardos contra el árbitro

El llanto de Juan Román Riquelme que hizo recordar las lágrimas vertidas por Diego Maradona después de la final perdida ante los alemanes en el mundial de Italia 90 y las quejas hacia el árbitro dinamarqués Kim Nielsen, enmarcaron el cuadro final de la derrota sufrida ayer por Boca Juniors a manos del Bayern Munich.
Sentado en el piso del estadio Nacional de Tokio sobre el que minutos antes había desplegado pinceladas de su talento, Romy lloró desconsoladamente, sacando hacia afuera sus sentimientos, esos que guarda baja cuatro llaves cada vez que se muestra en público.
Esa fue la forma de expresarse ante la adversidad que tuvo el emblema boquense de principios de siglo.
En cambio su mejor amigo dentro del plantel, el volante Cristian Traverso, prefirió descargar su bronca apuntándole al árbitro del partido, el dinamarqués Kim Nielsen.
"Hablando mal y pronto, el árbitro nos metió el dedo en la cola. Nosotros sabemos que cuando juega un sudamericano y un europeo y dirige uno de ellos, a nosotros todo nos va a costar el doble", opinó.
"No quiero hacerlo absoluto responsable de la derrota, pero el tipo nos condicionó y mucho. Porque once contra once estábamos controlando bien el partido, pero después de la expulsión del Chelo Delgado se hizo lo que se pudo", admitió.
"Me hubiera gustado terminar este ciclo con Carlos Bianchi como campeón, pero si al final él se va, me mostraré orgulloso de haber jugado bajo su dirección", señaló finalmente el ex jugador de Argentinos Juniors y la Universidad de Chile.
Coincidiendo con Traverso, el colombiano Mauricio Serna remarcó que "cuando el de negro no quiere, no se puede hacer nada. Hoy nos metieron la mano en el bolsillo", disparó.
"Es cierto que Boca no jugó bien, pero tampoco es posible hacerlo con un hombre menos durante 75 minutos", puntualizó Chicho, quien a los cinco minutos del primer tiempo recibió una tarjeta amarilla que lo condicionó por el resto de la noche japonesa.
Dolor, decepción, tristeza, chivos expiatorios y frustración. Todo lo que dejó la derrota "que más duele" después del clásico ante River en el ánimo de los boquenses, que junto a Independiente son los clubes que más Copas Intercontinentales acumulan: dos. (Télam)


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