Internet abrió una nueva puerta para la venta de los sex shops. Según la publicación electrónica Uno Contenidos, "los sex shops en la red son algunos de los espacios más visitados por los internautas". Los locales rosarinos ofrecen también sus productos en la web, pero resaltan la importancia de la venta personalizada. "Cuando ves un producto en un catálogo no sabés realmente cómo es. No tenés idea real de su tamaño o su consistencia. En los locales los podés tocar, comparar. Es otra cosa", advierte Gustavo, el propietario de Géminis. Su socio Guillermo tiene una idea similar. "Además es bueno que las parejas estén de acuerdo en lo que van a comprar en estos negocios. Porque son cosas que se usan de a dos", acota, y recuerda el caso de un jubilado que una vez nos compró una prótesis, tardó cuatro semanas en pagarla y después "vino a devolverla porque su mujer lo sacó corriendo". La compra por teléfono puede ser efectiva, pero también tiene sus bemoles. Y los propietarios de los negocios del rubro lo saben por experiencia. "Nosotros no entregamos nada a domicilio. Nunca sabés quién va a recibir el producto o si el que te llamó pidiéndotelo no te estará usando para hacer una broma a alguien", asegura Alejandro. Para ejemplificar, recuerda una anécdota que los hizo tomar una determinación respecto del delivery: "Una vez llamaron para pedir un catálogo de vibradores y cuando lo llevé me atendió un hombre que me dijo que no había pedido nada. Chequeamos el nombre y la dirección y era la correcta. Entonces, él se dio cuenta de que eran los compañeros de trabajo que le habían hecho una broma porque recientemente se había operado de hemorroides. Por suerte, el hombre lo tomó con humor, pero desde esta primera experiencia yo decidí que no haríamos eso nunca más".
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