Año CXXXIV
 Nº 49.210
Rosario,
jueves  16 de
agosto de 2001
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La previa
Los locales coparon la calle desde temprano

Desde muy temprano cientos de aficionados ecuatorianos salieron a las calles de la pintoresca ciudad de Quito para comenzar a vivir la previa del partido entre las selecciones nacionales de Ecuador y Argentina, por las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Japón y Corea 2002.
Mientras que algunos de ellos se pasearon con las camisetas amarillas por el centro de la ciudad, otros se dirigieron directamente al estadio Atahualpa, a pesar de que todavía faltaban más de siete horas para el comienzo del encuentro.

Entusiasmo por Uruguay
El entusiasmo de los hinchas ecuatorianos creció hasta límites insospechados luego de la derrota de anteanoche de Uruguay ante Venezuela, en Caracas y por dos a cero, lo que les impidió a los charrúas acercarse en las posiciones a los dirigidos por Bolillo Gómez.
Las puertas del estadio Atahualpa fueron abiertas a las 10 (12 de Argentina y seis horas antes de que comenzara el cotejo), y apenas dos horas más tarde las instalaciones del escenario de Quito ya estaban totalmente colmadas, tal como preveían los organizadores.

La reventa habitual
Claro que la reventa no podía escaparle a tanta expectativa, especialmente porque la totalidad de las localidades ya se habían agotado el lunes pasado.
Esta situación fue bien aprovechada por los revendedores, que ofrecían su mercancía tres y cuatro veces más caras de su valor original.
De esta manera, una general que costaba 10 dólares llegó a ofrecerse a 30 y hasta 40, mientras que el palco preferencial, con un precio original de 125, se revendía a 350.
El inspector de la policía ecuatoriana Joel Chávez, a cargo del operativo de seguridad, le comentó a la prensa: "Siempre es muy difícil evitar la reventa. Los aficionados no tendrían que caer en ella sino, por el contrario, denunciarla", apuntó Chávez.
Tanto entusiasmo movilizó también a la policía de Ecuador a adoptar extremas medidas de seguridad, ocupando a unos 2.000 policías.
Para ello las calles cercanas al estadio fueron cerradas desde el mediodía, para permitir que los aficionados llegaran sin dificultades al estadio y ubicaran sus autos en los sitios designados de manera específica.


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