La vigilia para el clásico fue más tranquila que en otras oportunidades. Y con una llamativa confianza de parte de los dos planteles. Esto último contrastó especialmente con los días previos en el campamento rojinegro, donde los gestos adustos y el silencio fueron los denominadores comunes de una semana que estuvo matizada con el banderazo en el Coloso -donde no practicó el equipo- y con la visita de algunos hinchas caracterizados a la práctica en Bella Vista. Mientras los canallas dividieron el trabajo en dos grupos, los rojinegros realizaron un solo turno en Ricardone. A las órdenes del profesor Pizzarotti y el Ruso Ribolzi, el trabajo ñulista arrancó a las 10.30 y se extendió poco más de las 12.30, un par de minutos antes de que le entregara de manera exclusiva la formación del equipo a Ovacion, con la inclusión de Mauro Rosales en lugar de Real, con quien se había estado especulando desde la práctica de fútbol del jueves en que fue de la partida. ¿O Ribolzi se guarda la carta de Real para ponerlo esta tarde de titular? En el bunker canalla Bauza dividió el trabajo: por la mañana trabajó liviano el equipo que jugará el clásico, mientras que por la tarde lo hicieron los que jugarán en Colombia. Justamente este grupo, ayer se fue a Buenos Aires, donde hizo noche y hoy al mediodía volará a Cali.
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