Javier Parenti
Rosario (...) Es el gris del cemento que arrulla a un río somnoliento, que despierta al llegar un domingo de Ñuls y Central...", cantó Lalo de los Santos en su Tema de Rosario y pintó poéticamente lo que siente cada hincha el día que se paraliza la ciudad por el esperado clásico. El que está por cumplir 96 años. Desde aquel que ganó Newell's el 18 de junio de 1905, por 1 a 0 con el gol de Faustino González. El mismo que esta tarde cumplirá 227 partidos. Idéntico a todos, vivido con la misma pasión y con el sueño de festejar la victoria de la camiseta amada. La azul y amarilla de Arroyito, la roja y negra del Parque. Un clásico que creció con el tiempo. Desde aquel de la era amateur hasta mediados de 1931, que se hizo profesional un 2 de agosto, por la 5ª fecha del torneo Gobernador Molinas, y que se transformó de interés nacional cuando el 18 de junio de 1939 igualaron 1 a 1 por el torneo de primera división de AFA. Hoy el recuerdo nos lleva a ese primer encuentro profesional. Cuando los rosarinos ni pensaban en llevar al clásico a los torneos de la AFA. Por entonces, el fútbol grande pasaba por la Asociación Rosarina de Fútbol fundada en la noche del lunes 22 de junio de 1931 para oficializar el fútbol profesional. Cuando Central y Newell's mandaban sobre Central Córdoba, Nacional (hoy Argentino), Tiro Federal, Provincial, Belgrano, Sparta y Washington. Y aquel primer clásico profesional se vivió en la 5ª fecha. Un 2 de agosto de 1931 en Arroyito, pero que concluyó 18 días después, el miércoles 20 y con el resultado final de 3 a 1 favorable a Newell's. ¿Qué pasó? El partido favoreció claramente a los rojinegros desde el inicio y esa supremacía se reflejó en el 2 a 0 con el que estaba en ventaja por los goles de Agustín Peruch (20') e Ignacio González (69'). Y un par de minutos después Bureu le cometió un penal a Ramón Luna, pero el rojinegro Chabrolín no dejó que se ejecutara y el árbitro Angel Gámez lo suspendió. La Asociación Rosarina dispuso que el clásico continuara. Con otro árbitro (Oscar Scrimín) y la ejecución del penal como apertura. Arturo Podestá venció a Gerónimo Díaz y puso las cosas 1-2. Pero Newell's ratificó sus condiciones de favorito y a diez minutos del final Galimberti marcó el 3 a 1 definitivo. Hoy cambian los nombres. Algunas costumbres de vivirlo, pero la pasión es la misma, sólo creció en número.
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