El Fondo Monetario Internacional (FMI) sostuvo ayer que "hasta ahora, no hay claros indicios de un mejoramiento real en la actividad económica argentina", en tanto que pidió que el país restablezca la confianza en sus políticas y en el sistema financiero. Además, señaló que las incertidumbres políticas desencadenaron un profundo deterioro de las condiciones de financiamiento en el país, aunque pronosticó que la economía nacional crecerá un dos por ciento. Según consta en el informe anual de "Perspectivas Económicas Mundiales" presentado ayer en Capital Federal, el organismo financiero multilateral consideró que, "por ahora, no habrá una recesión mundial" y que, "aunque los datos de la desaceleración económica en los Estados Unidos y el Japón son mayores que los previstos, existe la posibilidad de sorpresas positivas". El director del departamento de investigaciones del FMI, Michael Mussa, afirmó que la "enorme" pérdida de confianza de los inversores hizo que la Argentina debiera recurrir nuevamente a un mayor endeudamiento interno, con lo cual las tasas de interés subieron a 1.000 puntos por encima de las tasas de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Mussa remarcó que "la semana pasada, se llegó a un pico de 1.300 puntos por encima de la Reserva Federal, y en los últimos días volvieron a bajar a unos 1.000 puntos arriba. Ahora, las autoridades argentinas, por medio de acciones y declaraciones, deben hacer que se vuelva a establecer la confianza". El funcionario del FMI agregó que "la Argentina debe permitir que los márgenes de las tasas de interés bajen nuevamente a niveles racionales, porque será difícil que la economía nacional pueda recuperarse si las tasas de interés siguen mil puntos por encima de la Reserva Federal", agregó. Más adelante, puntualizó que "con su demanda interna debilitada, la economía argentina quedó prácticamente estancada, con lo cual bajó la confianza de los consumidores y los niveles de intercambio comercial, mientras que sufrieron alzas las tasas de interés". "Las dudas sobre la economía argentina volvieron a dispararse como resultado de la evidencia de dificultades en el área fiscal y de preocupaciones renovadas en los aspectos financieros externos, y no hay hasta el momento indicios de que la actividad económica cambie realmente", advierte el reporte, que proyecta que el producto bruto interno de la Argentina crecerá 2% este año y 3,8% en el 2002. Al mismo tiempo, el documento del FMI remarca que "las iniciativas más recientes de las autoridades para fortalecer el marco de las políticas internas son bienvenidas, pero con tan poco espacio para maniobrar, será crítico que se mantenga el control fiscal estricto, y que las autoridades en todos los niveles de gobierno adhieran a este programa económico". Mussa reconoció los esfuerzos de Argentina por salir de la crisis pero pidió más hechos y declaraciones para recuperar la confianza de los inversores, y reiteró la vulnerabilidad de México, América Central y el Caribe frente a la desaceleración económica de Estados Unidos. En tanto, dijo que es improbable que Estados Unidos vuelva a registrar un crecimiento del 5 por ciento. Para el FMI, dijo, esto es una buena señal porque el año pasado la economía norteamericana dio señales de recalentamiento. El informe del FMI también señala que "el impacto directo del enfriamiento de la economía global sobre América Latina se sentirá más en la región andina y en América Central, pero menos en aquellos países que, como Brasil y Argentina, tienen economías relativamente proteccionistas y cuyos lazos comerciales con Estados Unidos son menos intensos".
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