El obispo emérito de Viedma, monseñor Miguel Esteban Hesayne, lamentó que alguno de sus pares hayan alentado a las Fuerzas Armadas al golpe militar del 24 de marzo de 1976 como a "una cruzada" y reconoció que, en algún momento, el Episcopado pensó en tomar "medidas hasta canónicas contra ese gobierno, al que considerábamos violador de la dignidad humana". El prelado aseguró, asimismo, que "siempre se opuso" a las leyes de punto final y obediencia debida por ser "contrarias a justicia y elemental moral, porque nadie debe obedecer actos contra la moral si se quiere ser responsables de sus actos". También estimó que la reconciliación nacional "es posible", siempre y cuando se tome "con coraje el camino de la verdad en justicia, libertad y amor solidario".