El presidente Fernando de la Rúa prologó anoche, en un breve mensaje a la Nación, el plan de ajuste de su ministro de Economía. Consciente de que el mensaje de Ricardo López Murphy sería un trago demasiado amargo de tragar, justificó el paquetazo en la "situación difícil y crítica" del país, que exige actuar "con responsabilidad y patriotismo, por la gente y el futuro de nuestros hijos". Consciente también del profundo rechazo que generaría en muchos de sus principales colaboradores en el gobierno, se apuró a pedir a los distintos sectores de la sociedad "un acuerdo histórico para trabajar juntos en una mesa de diálogo". "La larga recesión, el bajo crecimiento y el déficit de arrastre obligan a medidas excepcionales para que ese blindaje (financiero por parte del FMI) se mantenga y podamos crecer. Se van a tomar, porque si no la capacidad de pago y crédito quedarían afectadas. Debemos cumplir con las metas comprometidas", explicó De la Rúa. Luego atribuyó la grave situación del país al "viejo déficit que arrastra la larga recesión y el volumen de su deuda", y dejó en claro que se logró "el blindaje, que es una garantía de solvencia internacional, que se va a mantener a toda costa". El mandatario intentó mostrarse calmo cuando dijo ser "consciente de las dificultades" que le toca atravesar, y evaluó que es "hora de pensar y obrar con responsabilidad y patriotismo, por nuestra gente y el futuro de nuestros hijos". "Tengo la responsabilidad de velar por el pueblo que me otorgó este mandato y no pienso en las elecciones de octubre ni en las del 2003: pienso sólo en el país", aseveró. En su defensa del ajuste económico, el jefe del Ejecutivo subrayó que "hacen falta medidas para disminuir el gasto y el déficit y superar esta emergencia", y reclamó que se asuman esas iniciativas "en la solidaridad que significan" y pidió que no se generen "condiciones perjudiciales, que serían graves". "Este es un paso necesario para salir de la inercia, recuperar el crédito, crear empleo, fortalecer el interior y reemprender el crecimiento", se entusiasmó, pero luego, "por las circunstancias específicas de la crisis", lanzó una convocatoria a gobernadores, legisladores, empresarios y sindicalistas a "un acuerdo histórico para trabajar juntos en una mesa de diálogo por el crecimiento y el trabajo". De la Rúa concluyó su brevísimo mensaje, que le demandó menos de cinco minutos, asegurando que "el desarrollo en paz y con justicia será nuestra verdadera fortaleza". De impecable traje y corbata azules y camisa celeste clara, De la Rúa ingresó a las 19.25 a la sala de Situación, donde lo aguardaban los periodistas. Unos segundos antes que ingresara el presidente al recinto, un hombre de prensa aclaró que no habría preguntas. Acompañado por el vocero presidencial, Ricardo Ostuni, y el secretario de Cultura y Comunicación, Darío Lopérfido, el jefe del Estado leyó de pie y ante un atril la carilla y media escrita de su puño y letra.
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