El plantel auriazul arribó al hotel El Prado apesadumbrado por la derrota y seguramente lo que menos querían algunos jugadores es que alguien viniera a saludarlos efusivamente. Pero aún con la indisimulable carga de tristeza, varios se pararon en el hall para estrechar un abrazo con Francisco Casiani, aquel robusto y poco técnico defensor colombiano que pasó brevemente por Rosario Central en la primera época del Patón Bauza, y que se acercó a la concentración canalla para volver a ver a viejos compañeros. Cassiani no pareció entender mucho que sus amigos venían de una derrota dolorosa y los saludó con mucha alegría, repartiendo además fuertes apretones de manos y bromas. La actitud del defensor fue buena, pero quedó claro que no cayó en buen momento.
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