En la historia de las artes visuales, posiblemente no exista tradición más extendida que la del retrato. Tan pronto como el hombre tuvo la capacidad de materializar su observación, comenzó a plasmar las imágenes de lo que lo rodeaba y las de sí mismo. Siglos de tradición retratista perfeccionaron su tarea en la continua búsqueda del detalle significativo y la mirada introspectiva. Los mejores momentos de la historia del arte registran, con una sensibilidad magistral, innumerables rostros de sere...