Año CXXXIV
 Nº 48949
Rosario,
sábado  25 de
noviembre de 2000
Min 12°
Máx 26°
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Mercados
El futuro viene lento para las carnes
El sector ganadero no termina de engancharse con el INA. En el Término, apuestan a reforzar el marketing

Fabiana Monti

El mercado a Término de la Bolsa de Comercio de Rosario lanzó en septiembre del año pasado el Indice Novillo Argentino (INA) en un intento de promocionar en el sector ganadero la incorporación de herramientas de cobertura para las oscilaciones de precios. Es el tercer intento a nivel país de introducir el mercado de futuros y opciones en esta actividad, pero si bien la tercera es la vencida, todavía no ha logrado mucha adhesión. Desde la institución que lo implementa sostienen que una de las principales fallas es la cadena de distribución y están poniendo todas las fichas en este aspecto. En tanto, los clientes no encuentran demasiado atractivo el negocio por los escasos volúmenes que se operan y porque según definieron los propios protagonistas los ganaderos aún prefieren acompañar la vaca hasta el corral.
En todas las charlas sobre gestión empresaria o de gerenciamiento de empresas, un concepto que nunca falta es el de la utilización del mercado de futuros y opciones.
Es una herramienta que para muchos es de suma utilidad pero que a la hora de implementarlas genera dudas porque lo que se negocian son contratos o papeles y no interviene la mercadería física.
En un nuevo intento para modernizar el sector y de alguna manera, para que los agentes que intervienen en este proceso económico puedan planificar a mediano y largo plazo, en escenarios de fluctuaciones de precios, el Mercado a Término de Rosario realizó en septiembre de 1999 el lanzamiento de INA.
Alejandro Weskamp, presidente de la entidad, sostuvo en el discurso inaugural que la implementación del índice es un respuesta concreta a la necesidad de herramientas de cobertura para los intervinientes en el proceso de producción, comercialización e industrialización de carne vacuna, teniendo en cuenta la magnitud de este sector y la importancia que el factor precio tiene en la rentabilidad final.
Pasado un año desde su presentación, este mercado todavía no logra despertar demasiado interés entre los futuros clientes y tampoco entre los operadores, que no se deciden a incorporarlo entre sus ofrecimientos.
Desde el Término, se están analizando los factores que limitan el desarrollo de una alternativa respecto de la cual siguen siendo optimistas en el mediano plazo.
Cuando se lanzó en septiembre, en un período de tres meses, se realizaron alrededor de 4.000 contratos, lo mismo que se generó en el plazo de un año cuando se comenzó con el índice Rosafé para los granos, explicó Mario Holberg, gerente del Mercado a Término.
En la actualidad, hay semanas en que casi no realizan contratos y el volumen general es sensiblemente menor. Es cierto que se ha dispersado el interés ya que los clientes han puesto su atención en otras cosas; en el sector hubo inconvenientes de fuerza como la aftosa o el problema crediticio que sin duda son muy importantes, agregó.
El gerente aclaró que el mercado de futuros ofrece servicios complementarios a cualquier actividad económica importante y reconoció que el sector es muy conservador para lanzarse a cosas nuevas.
Holberg aclaró: La soja tardó varios años en consolidarse para lograr los 70 a 80 mil contratos que se hacen por año, sabemos que el tema aún no está instalado entre los integrantes de la cadena cárnica.

La cadena
A la hora de evaluar el funcionamiento de la operatoria, los representantes del Término señalan que una de las principales fallas que existe es en la cadena de distribución.
Si bien se ha implementado una estrategia de charlas y conferencias para explicar el tema, la gente todavía desconoce la utilidad de los futuros para su actividad y no encuentra el canal de llegada al mercado, indicó Holberg. De hecho, no sólo pasa en el sector de la carne sino que también en granos hay cierta resistencia, agregó.
En ese sentido, se plantea desarrollar un departamento de marketing para lograr acercarse más a los clientes y también para difundir un poco más la herramienta entre los operadores.
Sergio Juárez, corredor de la firma Barrilli SA, coincidió con Holberg en la necesidad de que se haga un mayor esfuerzo en la difusión del mercado. Hay que tener en cuenta que son muy pocos los productores que se dedican exclusivamente a la ganadería, ya que se ha convertido en algo complementario, indicó Juárez.
Si bien reconoció que la actividad agrícola es más redituable ya que los volúmenes que se operan son mayores, para el corredor es interesante el mercado ganadero porque ofrece otras posibilidades para sus clientes.
Me parece importante que la industria frigorífica se meta más en el mercado, para que se mueva más esta actividad; no sirve que sólo lo haga el productor, agregó.
Al respecto, representantes del frigorífico Swift explicaron que existe interés en el mismo pero desde su perspectiva faltan oferentes y los volúmenes son muy chicos. También indicaron que no hubo demasiadas fluctuaciones de precios por lo cual no resultaba demasiado atractivo ingresar. En un nuevo escenario de mayores oscilaciones puede ser más favorable entrar, aseguran.
Lo cierto es que en el sector la decisión de optar por el mercado de futuros genera adeptos pero también cierta cautela.
Sebastián Mutti Pastor, coordinador del comité de carnes del Mercado a Término de Rosario, fue categórico a la hora de analizar el sector y dijo que el único commoditie que se maneja como a principios de siglo es la carne.
El especialista explicó que una de las grandes complicaciones de la ganadería es que la cadena está desintegrada y que hay muchas antinomias entre las diferentes puntas como el invernador/frigorífico, invernador/criador. En ese sentido, apuntó una marcada diferencia con la agricultura, que cuenta con una cadena más integrada.
En ese sentido, Mutti Pastor señaló que es sumamente necesario que se profesionalice la comercialización en la actividad. Dijo que los futuros son indispensables para el productor porque le dan más predecibilidad para sus negocios. A la industria le permite asegurar el valor máximo para sus novillos gordos para la exportación. También destacó la necesidad de que los bancos se involucren más con el negocio ganadero y que propicien el uso de estas nuevas herramientas.
Desde el punto de vista de los productores, Angel Girardi,presidente de la Asociación de Productores de Carne Bovina Argentina (Aprocaboa), consideró que el INA es una buena herramienta pero advirtió que el productor todavía no la conoce demasiado. Hay que hablar en un lenguaje más fácil, de la misma forma que se está posicionando los seguros ganaderos los futuros son resguardos que pueden hacer más sustentable y predecible un proyecto de ganadería, indicó.
Desde su perspectiva, el índice debería contemplar también los precios de referencia del mercado de ganado de Rosario, ya que de esta manera se ganaría mayor simpatía de los consignatarios.

Las contras
A la hora de analizar la escasa adhesión de los distintos sectores de la cadena cárnica al mercado de futuros y opciones, Gabriel Carnevale, de la consultora Estudio Ganadero de Pergamino consideró que al no haber una buena cantidad de operaciones no hay una diferencia de precios que justifique operar en el INA. Los precios son muy cercanos a la pizarra y al no existir demasiados negocios no hay liquidez, planteó el especialista. Al no haber compradores se hace un círculo vicioso porque la gente no entra porque le cuesta salir; por otra parte, los corredores no están dispuestos a tomar el riesgo de no poder resolver esa situación, agregó.
Carnevale explicó que este mercado es una buena herramienta sobre todo para calzarse con los terneros, porque de esta manera se puede planificar más cómodamente sobre todo para hacer invernada. Ha pasado en algunos años que uno compraba terneros a 1,40 el kilo y lo terminaba vendiendo a 0,80, explicó.
Algunos productores ganaderos consultados por La Capital agregaron que hay mucha hacienda que se está trabajando por afuera del mercado, con arreglos directos entre los consignatarios y el propio ganadero.
Por otra parte, señalaron que desde su punto de vista, los que hacen ganadería todavía prefieren seguir el proceso de cerca, siguiendo al animal desde que se lo compra hasta su final en el mercado y reconocieron que les asusta trabajar sólo con papeles.

Experiencias anteriores
En Argentina, los futuros y opciones para la carne tuvieron experiencias previas que no resultaron positivas. Uno de ellos fue el Merfox, creado por la Bolsa de Comercio de Buenos Aires en el año 1991 y que operaba el Indice de Novillo Terminado Liniers (INTL).
El analista de Crea Alejandro Meneses explica en una publicación algunas de los factores que ayudaron al fracaso de esa experiencia. Para el especialista, un déficit fue su concepción en un contexto inflacionario y que se adelantó un poco al tiempo. La explosión en el uso de este tipo de mercados, sobre todo en granos, se produjo en los últimos años, especificó.
Por otra parte, para Meneses la ganadería no tiene los tiempos de la agricultura y al no tener tanta estacionalidad como la producción granaria, no existe esos momentos donde se incrementan las operaciones y le aportan volumen y liquidez al mercado.
También señaló que su dependencia de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires pudo haber sido una limitante porque para dicha institución este mercado no era prioritario.
Respecto de estas experiencias previas, Mario Holberg, hizo hincapié en que el Mercado a Término de Rosario realizó un análisis de esos fracasos y manifestó que la principal diferencia es que, para la entidad, la carne es un producto más ya que se están diversificando con diferentes productos. En rigor, están estudiando la posibilidad de lanzar los contratos y opciones para la energía eléctrica.
En otros países como Estados Unidos funciona muy bien y somos optimistas en el repunte de la actividad, indicó Holberg. De aquí a un par de años podremos decir si funcionó o fracasó, pero estamos tomando el tiempo necesario para aceitar la cadena de distribución que es uno de los pilares básicos para su funcionamiento, concluyó Holberg.



A los productores les asusta trabajar sólo con papeles.
Ampliar Foto
Notas relacionadas
Una herramienta de modernización
Diario La Capital todos los derechos reservados