La aftosa todavía sigue dejando sus secuelas en la economía y la producción argentina. A tres meses de la aparición de animales con serología positiva en el país, que derivó en la aplicación del rifle sanitario, el cierre de fronteras comerciales y la inmovilización de rodeos en las fronteras internas, el mal sigue jaqueando las finanzas, especialmente de los productores e invernadores que aún deben someter a la hacienda a pruebas de sangrado y no pueden venderlos en las ferias, el canal natural de la comercialización.
Esta situación provoca un costo oculto muy difícil de cuantificar que está complicando mucho al negocio de los productores, explicó Víctor Tonelli, director ejecutivo de Carnes Hereford.
El empresario indicó que la imposibilidad de mover animales para invernada y cría complica la situación especialmente para los productores chicos que no pueden completar la jaula y vender a través de su canal natural de comercialización como es la feria. Como consecuencia de esta situación los precios de la invernada son altísimos, precisó Tonelli, lo cual no refleja una expectativa de mercado sino un mercado distorsionado a causa de la escasa oferta. A esta altura de la circunstancias, el costo de la aftosa lo llevan los productores, sentenció el directivo de Carnes Hereford.
La Organización Internacional de Epizootias (OIE) ratificó hace un mes el status sanitario de la Argentina como país libre de aftosa sin vacunación. La decisión surgió después de que el país cumplió con los deberes para con los auditores externos - es decir controló las reacciones virales surgidas- y salió airoso de las dos inspecciones que realizaron misiones del mercado de la Unión Europea y el Nafta.
El secretario de Agricultura de Santa Fe, Oscar Alloatti, estimó que en muy pronto se reanudarán los embarques de carnes crudas hacia los países del Nafta (Estados Unidos, Canadá y México), que habían clausurados sus fronteras a las carnes argentinas.
Estuve reunido hace 15 días con el secretario de Agricultura Antonio Berhongaray y el secretario de Alimentación, Jorge Cazenave, quienes me confirmaron que en dos semanas se reanudan los embarques, precisó Alloatti, quien indicó que los frigoríficos exportadores ubicados mayoritariamente en territorio santafesino salieron airosos de las verificaciones externas. El funcionario precisó que desde Santa Fe se está colaborando a través de los laboratorios en el análisis de muestras de sangrado que se requieren para el movimiento de animales. Al respecto indicó que se realizan unas 500 muestras diarias en territorio provincial que se suman a las que efectúa la Nación.
Alloatti estimó que se seguirá trabajando en las tareas de vigilancia por lo menos hasta fin de año, aunque se irán realizando modificaciones paulatinas para el tránsito de hacienda.
Reglas de juego claras
Aunque el status sanitario está confirmado por la OIE, los productores e invernadores argentinos siguen preocupados por la salud de los rodeos y por el papel que cumplen los organismos nacionales encargados de garantizar la sanidad.
Hay un clima de tensa calma, resumió Angel Girardi, presidente de la Asociación de Productores de Carne Bovina Argentina (Aprocaboa). Para el dirigente, la Argentina sigue conservando el status sanitario pero habría que realizar un análisis de conciencia para ver si somos confiables como país.
Arremetió contra la función de contralor de los organismos públicos encargados antes y ahora, de velar por la sanidad de la hacienda argentina, que a su criterio no siempre fue la mejor. Además, reclamó reglas de juego claras de parte del gobierno que le permitan al productor contar con la información necesaria sobre cómo serán los pasos a seguir para mantener el alerta en el tema de la aftosa.
Para el dirigente, la implementación de las pruebas de sangrado y sus consecuentes demoras, traen serias consecuencias para el productor e invernador. Todo es muy engorroso, explicó el dirigente agropecuario ya que demora toda la actividad con las consecuencias que eso trae para el productor, agregó.
También dio cuenta de las dificultades que se le presentan al productor para vender sus animales para invernada o cría, ya que está prohibida la comercialización en ferias y sólo habilitada a campo y después del sangrado.
La Ciudad
