Viajeros del Tiempo

Rosario, 1905/1910

Guillermo Zinni / La Capital

Y todo por culpa de la “mujer araña”. A consecuencia de una aglomeración de personas en la vereda de la calle San Luis, frente al local donde se exhibe la “mujer araña” -una mistificación que ha hecho poner el grito en el cielo a muchos espectadores que creyeron que se trataba de una tortura brutal-, los vigilantes números 201 y 208 detuvieron arbitrariamente a dos individuos a los que condujeron a la comisaría 3a. El señor Martín SIlvano, que fue testigo de estas detenciones, siguió a los arrestados con el objeto de declarar sobre la improcedencia de la medida policial, hasta que se agregó otro oficial, cuyo nombre no quiso dar, y que le ordenó a Silvano que se retirara. Pero el hombre, en vez de irse, se cruzó de vereda y los siguió de lejos, por lo que el oficial en cuestión se le acercó y le aplicó un par de fuertes rebencazos y dos bastonazos. Ahí sí la víctima, ante tan elocuente procedimiento ejecutivo y bárbaro, decidió retirarse, juzgando tal vez que si en tal forma era tratado en la vía pública, de la casa policial no podía salir menos que tullido. Este suceso es otra “honrosa” medalla para la policía rosarina, cuya cultura debe parecerle inhumana hasta a los mismos agentes del imperio de Marruecos. (1906)

Afeites edilicios. La municipalidad ha impartido órdenes para que se blanqueen y aseen todos los edificios de la ciudad que se encuentran en malas condiciones de higiene, pero esta medida no se ha hecho extensiva a los locales de las escuelas públicas instaladas en casas particulares, las que se hallan en un deplorable estado de suciedad. Sus propietarios, muy diligentes a la hora de cobrar los alquileres, se muestran remisos hasta la desidia para conservarlas en condiciones decentes, y hasta hay casas-escuelas tan desaseadas que sería criminal reabrirlas en marzo próximo. La estrechez de esos locales y el número excesivo de niños que los frecuentan hace más imperiosa la medida de higiene. (1906)

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