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 jueves, 29 de noviembre de 2007  
“Para hacer cine, se trabaja de la misma manera en todos lados”
Darío Grandinetti dijo que el origen de una película no incide sobre la calidad del trabajo. El intérprete protagoniza el filme “Quiéreme”, que se estrena hoy en los cines rosarinos

Rodolfo Bella / La Capital

“Me interesó mucho hacer un personaje muy distinto a mí; no me imagino en la situación de ese tipo que abandona a su hija durante diez años”, contó Darío Grandinetti a La Capital sobre “Quiéreme”, el filme de Beda Docampo Feijóo que se estrena hoy en Rosario. La película, que narra el reencuentro entre un hombre y su pequeña hija, es una coproducción entre España y Argentina y cuenta con la actuación de Ariadna Gil.

—¿Qué te interesó de tu personaje en “Quiéreme”?

—Me interesó mucho hacer un personaje tan distinto a mí; no me imagino en la situación de ese tipo que haya abandonado a su hija durante diez años. Sé que hay mucha gente a la que le pasa o le ha pasado, y era interesante intentar ver cómo darle vida a un tipo que está tan lejos de mi, a ver de dónde aparecían datos para entender un personaje como el de “Quiéreme”. El mayor desafío para mí fue de alguna manera eso, tratar de entender cómo alguien escapa, cuál es el motivo que te puede llevar a dejar a su hijo durante diez años y no saber nada de él, no verlo.

—También estás “El frasco”, de Alberto Lecchi, donde está más presente el humor. ¿Con qué género te identificás más?

—No elijo por el género. Pero sí es cierto que me siento más cómodo haciendo comedia de lo que parece o lo que se cree porque en general me llaman poco para hacer comedia, pero a mí me gusta y la disfruto mucho. Será que son pocos los que creen que la puedo hacer bien. A lo mejor también por eso me llaman poco. Pero me da igual el género; a mí me gusta actuar.

—¿Por qué pensás que no te llaman tan seguido para hacer comedia?

—Será que son pocos los que creen que la puedo hacer bien. A lo mejor también por eso me llaman poco. Pero me da igual el género; a mí me gusta actuar. Tampoco hay muchas comedias en el cine, es la verdad, y no me pongo a pensar demasiado en eso, pero sí entiendo que por algún motivo creerán que me sale mejor lo otro y no sé cuál es el motivo.

—Te dirigieron directores españoles de trayectoria internacional y también reconocidos directores rosarinos y porteños, e inclusive con algunos reincidís. ¿El trabajo o el estilo de un director te deciden para eso?

—Los directores con los que repito creo que no son muchos. Cuando ocurrió, es porque lo elegí y lo que tienen en común es la honestidad frente a la hora de decidir qué historia contar y cómo contarla. Son cosas que tienen en común Subiela, Lecchi, Doria, Chávarri, que son con los tipos con los que he repetido. Hice entre tres y cuatro películas con cada uno.

—¿Qué diferencia trabajar para una producción europea y otra nacional?

—El presupuesto modifica algunas cosas pero en general nada es demasiado sustancial. Una de las diferencias cuando hay mayor presupuesto es que podemos tener la motor home más cómoda, o las dietas más generosas, pero a la hora de hacer cine se hace de la misma manera en todos lados.

—Muchos actores después de un tiempo incursionan en la dirección. ¿Será tu caso?

—No, creo que no... un director tiene que laburar mucho (risas).

—¿Podrías seguir con tu carrera desde Rosario?

—Podría, y no sé si no lo haré en algún momento. Por el momento tengo hijos chicos y es mucho más difícil, pero no descarto hacerlo en algún momento. A lo mejor, si finalmente tenemos el tren bala... (risas).


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Grandinetti interpreta a un hombre que se reencuentra con su pasado en el personaje de una niña.

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