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 jueves, 08 de noviembre de 2007  
“Al público de jazz le cuesta creer que cante en español”
La cantautora Roxana Amed se presenta hoy en el Parque de España junto a su banda

José L. Cavazza / La Capital

La porteña Roxana Amed debuta hoy en el Festival de Jazz de Rosario con un show que dará junto a su grupo –dos guitarras, contrabajo y percusión– en el Parque de España.

   Más de 20 años transitando distintos caminos, desde el rock al jazz tradicional pasando por el rol de escribir temas para otros, Amed decidió hace un par de años empezar a cantar sus propias canciones, algo nada fácil en el jazz contemporáneo, sobre todo para una mujer. Dos álbumes reafirman sus conceptos: “Limbo” (2004) y “Entremundos” (2007), producidos por Pedro Aznar.

   —El festival te anuncia como “una figura inusual”...

   —Me la rebanco (risas). Lo supe desde el principio. Esto me causó peleas con la discográfica, mi manager y hasta con mi marido. En algún momento, todos lo dicen. Sé que si me pusiera a cantar standard con una formación convencional sería más fácil. En general, al público le gusta más reconocerse que sorprenderse, entonces bancarse un show de canciones que no conoce, con proyectos que no son del todo radiables, es difícil. Hay que insistir y tener paciencia.

   —¿Es distinto preparar un show para un festival de jazz?

   —No. Yo pasé del jazz tradicional a interpretar mi propia música y sigo encarando mi modo de cantar como si fuera una cantante de jazz. No canto pop, folclore ni tango, aunque en alguna canción mía haya reminicencias de otro género. Por supuesto que el jazz tiene que ver con una forma de componer y de arreglar, pero también con una calidad de la música y así creo que lo entiende la mayoría de los festivales de jazz en el mundo. Así que en este caso las listas de temas, la formación y mi actitud serán las mismas. Sé que a veces al público de jazz le cuesta entender que le cantes en español o que no vas hacer “My Funny Valentine”.

   —En tu caso, ¿el jazz es sólo un punto de partida?

   —Exactamente. Aunque a veces, como ejercicio, canto en inglés algún tema mío y veo que suena como un standard.Quiero decir, hay mucha de esa herencia jazzera que conservo a la hora de escribir. No creo que esté descubriendo nada nuevo, sólo traté de escribir en mi propio idioma e intenté ponerle a mi música todo lo bueno que aprendí del jazz.

   —¿El rol de escribir para otros quedó atrás?

   —Paré un poco porque cada vez que me ponía a escribir algo me daba cuenta que salía una canción que me gustaba interpretarla a mí. Recién hace unos meses empecé a trabajar de nuevo en eso recuperando pedacitos canciones, estructuras o letras que yo no cantaría.
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La vocalista y compositora porteña asegura que sigue encarando su modo de interpretar como si fuera una cantante de jazz.


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