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 sábado, 14 de abril de 2007  
Marini confirmó a Seri entre los once que enfrentarán a Belgrano
Será un cambio táctico por Arrieta

Gustavo Conti / Ovación

Será la primera vez que juegue por una decisión táctica del entrenador y no por suplir la contingencia de un compañero. Como dijo, la llegada de Pablo Marini fue una bendición para él. Claro, es que Martín Seri las pasó todas. Desde el exilio al Argentino A hasta un regreso con debut, otro largo paréntesis, una fractura en un pie, la no convocatoria a la última pretemporada y la resurrección con el nuevo cuerpo técnico, donde fue siempre tenido en cuenta.

"Me pone muy contento que el técnico me deposite su confianza. Ahora mi deber es hacer las cosas bien dentro de la cancha, más porque venimos de perder y tenemos que levantar", dijo el humilde volante de Chabás, confirmado para jugar mañana ante Belgrano en Córdoba en lugar de Sebastián Arrieta.

-Además del día del debut, ¿este es tu momento más feliz desde que jugás en Newell's?

-Sí, por los momentos difíciles que pasé. Por eso jugar lo disfruto muchísimo más que si no me hubiera pasado nada.

-Viviste un exilio del club del cual muy pocos pueden volver. ¿Creías que podías regresar luego de jugar en el Argentino A?

-La verdad, no. Cuando me fui ni siquiera había debutado en primera y fueron pocos los antecedentes de jugadores que tuvieron chances cuando se fueron. Recuerdo el de Pavlovich nada más (se fue a Argentino, a la B y luego retornó y jugó) y gracias a Dios a mí se me dio. En ese momento pensaba más en buscarme un club de la B Nacional que en volver a Newell's.

-De tus compañeros que habían ido a Atlético Tucumán ninguno pudo volver.

-El Pampa Cafasso había jugado en Newell's antes de irse a Atlético Tucumán y después pudo volver a primera pero en Tiro Federal. Los demás no.

-¿Y cómo fue que volviste a Newell's?

-Por suerte José Machetti me dio la oportunidad de quedarme en reserva y a partir de ahí era lógico que me empezara a ilusionar otra vez.

-Llegaste a debutar en primera, en aquel partido en que reemplazaste al Tano Vella en el Apertura 2005 pero te quedaste ahí. ¿Qué pasó entonces?

-No tuve continuidad, no sé por qué. Jugué a cuentagotas y recién ahora lo hago seguido, que es lo que todo futbolista precisa.

-Y en el medio, la lesión de la mitad del año pasado.

-Fue uno de los peores momentos. Pero no sólo fue la lesión, porque después me recuperé y estaba para hacer esta última pretemporada, pero Pumpido no me llevó. Ahí la pasé realmente muy mal y otra vez pensé en irme. Evalué inclusive propuestas de la B Nacional, como las de la CAI y la de San Martín de San Juan, pero a esos clubes iba como refuerzo y yo no estaba entonces en mi plenitud física. Por eso, pese a que estaba bajoneado, decidí quedarme. Y sin dudas que la llegada de Pablo (Marini) fue una bendición para mí.

-¿Por qué pensaste que Pumpido no te llevó?

-Pensé en hablarle, pero en ese momento estaba tan mal anímicamente que ni fuerzas para eso tuve. Yo no estaba seguro de que iba a la pretemporada, pero antes me había llevado cuando estuve fracturado y confiaba. Pero me enteré a través del pizarrón, donde mi nombre no estaba, y me puso muy triste. Después la decisión de quedarme otra vez en la reserva al final fue lo mejor para mí, como la llegada del nuevo técnico. Como dije en su momento, el trabajo leal siempre paga.

-¿Cuándo llegó Marini pensabas que te iba a tener tan en cuenta?

-Estaba ilusionado porque él me conocía bien de la reserva, pero también sabía que encontraría un grupo armado. Por eso estoy tan agradecido a este cuerpo técnico, porque encima hizo todo muy rápido para mí. Cuando llegó, el lunes ya entrené en primera y en el primer partido ante Racing fui al banco.

-¿De la depresión casi a la euforia?

-Un poco sí. Pero en realidad no soy demostrativo, salvo en la intimidad con los míos, que la pasaron igual o peor que yo.
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Seri trajinó durante toda su carrera para encontrar su espacio.

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