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 sábado, 14 de abril de 2007  
Emotivo recibimiento a los tripulantes de pesquero que rescató al Irízar

Mar del Plata- Con emotivas muestras de agradecimiento, fueron recibidos hoy en el puerto de Mar del Plata los 18 tripulantes del pesquero “Don Cayetano”, que llevó a tierra firme a 117 marinos del siniestrado rompehielos “Irízar”.

La banda de música de la Base Naval Mar del Plata se ubicó en el muelle 2 del puerto marplatense para dar la bienvenida al pesquero que aseguró amarras minutos antes de las 11, en una mañana de sol a pleno.

Los tripulantes descendieron de la nave en medio de los aplausos de los familiares.

“Venimos a expresar simplemente el agradecimiento de la Armada Argentina al capitán y a la tripulación del Don Cayetano”, dijo a Télam el jefe de la Base Naval y comandante del Area Naval Atlántica, contraalmirante Delfor Raúl Ferraris.

Apenas atracó el “Don Cayetano”, un pesquero de altura perteneciente a la firma “Moscuzza”, Ferraris subió a bordo y en el puente de mando escuchó junto a los periodistas el relato del rescate que hizo el capitán del buque, Rodolfo Muñoz.

“El Irízar es una institución de la Armada Argentina, pero acá lo más importante no era el barco sino salvar a la gente”, señaló Muñoz.

“Ibamos de una balsa a otra buscando gente, y empezamos a destruir las que estaban vacías para no confundirnos. Así logramos rescatar a 44 tripulantes de los botes”, relató.

Luego, desde otro de los buques que participó del rescate se transbordaron al “Don Cayetano” otros 73 tripulantes del “Irízar”, y los 117 rescatados fueron llevados hacia Puerto Madryn.

Muñoz señaló que los marinos que rescataron estaban “agotados, muy cansados y ya tiritando”.

“Así que nosotros, que íbamos ya preparados hacia el lugar, les dimos todo lo que teníamos para confortarlos: ropas, calzado, mantas, café caliente y alimentos”, añadió.

Tras hablar con el capitán, Ferraris también saludó uno por uno a los integrantes de la tripulación y les expresó el agradecimiento de la armada por su accionar.

Seguidamente los tripulantes bajaron al muelle donde fueron recibidos con abrazos por esposas, padres, hermanos e hijos, muchos de los cuales lloraban en una mezcla de alegría y desahogo.

Cinthia, la esposa de Jeremías Smith, un marinero de 27 años del “San Cayetano”, con su embarazo de cinco meses y medio estuvo desde temprano en el muelle 2 esperando la llegada del pesquero.

“Me siento muy orgullosa de él y de todos los tripulantes que tomaron la decisión de ir a rescatar a esa gente”, dijo la mujer a Télam.

Smith, tras desembarcar y confundirse en un abrazo interminable con su mujer, contó que cuando les avisaron del siniestro “ya nadie durmió por la ansiedad, porque parecía que no se llegaba más”. (Télam)
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