Qué pasa cuando es el varón el que no puede procrear

Cómo influye el paso de los años en la fertilidad. Los aspectos psicológicos

Florencia O'Keeffe / La Capital

La paternidad después de los 40 años se incrementó un 25% en las últimas décadas. Del mismo modo, aumentaron las dificultades de muchas parejas para concebir. ¿Existe alguna relación entre la edad del varón y los problemas para lograr un embarazo? Aunque el tema es materia de estudio, es posible afirmar que la fertilidad masculina decae de manera lenta pero sostenida después de los 50 años.

“Los parámetros espermáticos presentan alteraciones con cada década de la vida”, asegura Andrea Marazzi, especialista en medicina reproductiva y miembro de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (Samer). Lo que demuestra una vez más que la infertilidad dejó de ser “sólo cosa de mujeres” como se creyó durante siglos.

Para Omar Layús, andrólogo a cargo del departamento de Andrología de Halitus Instituto Médico, hay que ser cautos en este tema: “No se trata de tirar una bomba y que la gente crea que los hombres, a partir de los 50, tienen las mismas limitaciones que las mujeres, pero se cree que a partir de cierta edad en el varón hay alteraciones en la calidad del espermatozoide”, afirma.

Cada vez son más los hombres mayores de 50 años en pareja con mujeres jóvenes que quieren ser padres nuevamente, y esto se evidencia en los consultorios de fertilidad. Por eso Layús recomienda que los hombres mayores que desean procrear realicen una consulta profesional para evaluar la calidad espermática.

Existen estudios que evalúan, por ejemplo, las mutaciones de novo (cambios genéticos) y modificaciones en el ADN por vejez. “Con estas evaluaciones más un examen físico podemos ir disminuyendo la posibilidad de alguna alteración espermática” y si es necesario, “ofrecemos alternativas para minimizar los riesgos”. A diferencia del óvulo, al esperma sí se lo puede estudiar, y actualmente existen muchas herramientas, destaca Layús.

En relación a la disminución de la fertilidad con el paso de los años, Marazzi agrega que existen publicaciones científicas que relacionan algunos casos de abortos a repetición con alteraciones en la genética espermática “que podrían relacionarse con la edad masculina, entre otros factores”.

La infertilidad masculina se debe a diferentes alteraciones en la concentración, la morfología y la movilidad de los espermatozoides, lo que genera dificultad para lograr el embarazo.

En el 20% de los casos, la imposibilidad de la concepción es por causa netamente masculina, y en un 30 ó 40% se debe a combinaciones con patologías femeninas.

Los espermatozoides son muy vulnerables a factores externos. El consumo de drogas, la nicotina, trabajar en ambientes con mucho calor (como los choferes, cocineros, panaderos), algunos solventes industriales o químicos, pueden afectar su constitución, independientemente de la edad del varón. Lo mismo que la exposición a radioterapia, quimioterapia, y el uso de anabólicos.

“La adicción a sustancias como la cocaína y la marihuana pueden deteriorar la producción de espermatozoides, así como su calidad. También, algunos estudios encontraron déficit en el número y movilidad de los espermatozoides con el consumo de nicotina. Se ha visto daño en el ADN, que lleva la información genética”, explica Marazzi.

Muchas enfermedades crónicas como la insuficiencia hepática, renal y la diabetes, pueden alterar la producción espermática como la función hormonal de la testosterona (hormona masculina).

Uno de los diagnósticos frecuentes es el varicosele, una patología que sufren el 15% de los varones y que produce aumento de la temperatura en la zona genital.

El hombre sufre tanto como la mujer cuando tiene dificultades para tener un hijo.