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miércoles,
04 de
abril de
2007 |
La lluvia modifica rindes agrícolas
Todavía no hay cifras oficiales. El gobierno santafesino releva campos para tener números reales
Aunque los organismos públicos y privados aún mantiene las mismas estimaciones de producción para la campaña agrícola de granos gruesos 2006/2007, el efecto del temporal de lluvias que azotó el Litoral empieza a cuestionar la salud de la cosecha. “Es apresurado decir que no habrá modificaciones en los rendimientos”, aseveró el Secretario de Agricultura de Santa Fe, Daniel Costamagna, quien aseguró que los técnicos de esa dependencia están haciendo los relevamientos a campo y con miles de hectáreas aún anegadas hay serias posibilidades de alteración de los rendimientos por hectárea.
El funcionario consideró “prematuro” ponerle números a la afectación —una cifra que tendrán lista dentro de días— aunque sí ya está preparado para contabilizar pérdidas.
Según las cifras del gobierno provincial en Santa Fe hay unas 3.000.000 de hectáreas afectadas por la inundación, y si bien muchas se fueron escurriendo, “aún persisten los problemas de piso” para retomar la zafra.
La Secretaría de Agricultura de la Nación mantiene en sus últimos informes las estimaciones de producción previstas antes del temporal y prevé que la soja alcanzará las 45,6 millones de toneladas, mientras que el maíz llegará a las 21,6 millones de toneladas. En cambio, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que al viernes pasado preveía una cosecha de 45,5 millones de toneladas para la oleaginosa y 22,5 millones para el cereal grueso.
Estado crítico. “En la agricultura la situación es compleja y, por lo tanto, lo que puede haber afectado es mayormente la calidad del grano más que los rendimientos”, señaló Costamagna.
“Hay muchos lotes que no se pueden cosechar y esta demora causa bajas en la calidad”, agregó el funcionario, quien también alertó sobre las consecuencias del fenómeno en la lechería y la ganadería provincial (ver aparte).
Aunque según los especialistas el maíz la puede sacar más barata en función de que se trata de un cultivo menos vulnerable a los excesos hídricos, el informe de la entidad bursátil indica que “esto no quita la posibilidad de que la lluvia debilite el anclaje de las plantas y eventuales vientos puedan provocar su vuelco y caída de espigas”.
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