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 miércoles, 21 de marzo de 2007  
Tienen un comedor nuevo, pero sin bancos ni vajilla
Se construyó hace 16 meses junto a la escuela 133 de Nuevo Alberdi, pero está sin habilitar. Cuando no alcanzan los cubiertos los chicos hacen sandwuiches como único almuerzo

Insólito. Le construyeron un comedor nuevo con anafe y termotanque, pero nunca lo equiparon con mesas, sillas ni la vajilla necesaria para que coman los casi 700 alumnos de la Escuela Nº 133 de Nuevo Alberdi. El resultado: un gran salón vacío a estrenar y 150 chicos comiendo por turno a las apuradas para que pasen los que siguen. Mientras, en la cocina lavan a toda velocidad los únicos platos y tenedores para reponerlos.

Los chicos salen con la comida en la mano. Como faltan los cubiertos, el sandwich ya se convirtió en un hábito. "Hasta se hacen sandwiches de polenta y de guiso de lentejas", relató Silvia Mazzolini, profesora de la escuela provincial "20 de Junio", ubicada en Vieytes 2953.

"Hace un año y cuatro meses, conseguimos que se levantara un comedor para 300 chicos, luminoso y bien ventilado", expuso la docente. Sin embargo, todavía no se habilitó. La nueva construcción permanece cerrada por la falta de mobiliario, platos, vasos y cubiertos.

Ante la increíble situación, al fondo del salón de actos se hizo una pared para improvisar un comedor. Pero en el lugar sólo caben 150 chicos por vez.


Desolador
El panorama del almuerzo es desolador Los nenes entran de a tandas empujándose Sobre los tablones improvisados los espera un plato de comida y un pan Algunos tienen cuchillo y tenedor otros solamente un tenedor y otros ni siquiera eso Por eso muchos comen con la mano y la mayoría pone la comida en el pan

En las mesas no hay vasos ni jarras. Los chicos salen de la sala comedor con un sandwich en una mano (los que no los guardaron en la mochila para llevarlos a su casa) y en la otra una fruta que comen en el patio, lógicamente sembrado de cáscaras y trozos de fruta.

Después corren a las canillas para tomar agua "del pico", justo al lado de donde la portera prepara el balde con detergente para lavar los pisos.

"Los chicos merecen dignidad, al menos para la única comida que reciben al día", concluyó con amargura Mazzolini. "Y con esta realidad la escuela ni siquiera puede crear el hábito del almuerzo", se lamentó.
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Los chicos comen a las apuradas y por turnos.

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