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 sábado, 23 de diciembre de 2006  
“En Rosario encuentro chicos apasionados por la disciplina”
El diseñador italiano Gianni Bortolotti destaca el rol de la imagen corporativa en el éxito de las empresas

A principios de diciembre, el diseñador italiano Gianni Bortolotti pasó por Rosario para dictar durante una semana un curso de especialización en diseño industrial en el Instituto Superior de Diseño Cepec, de Presidente Roca 2418. En el marco de la enseñanza integral del diseño, el especialista propuso fijar los conceptos clave para proyectar un objeto que no sea complicado, incorporando el uso de las nuevas tecnologías, que sea conveniente para el usuario y para el empresario, que contemple los aspectos ecológicos y también los económicos.

—¿Cómo evalúa un buen diseño?

—Un buen diseño está determinado por su síntesis, simplicidad, economía, por su matemática elegancia, por su eficacia a partir de la competencia de su cliente.

—¿Por qué hay un estallido del estudio del diseño?

—En el nuevo sistema de intercambio, los productos internacionalmente están en el mismo nivel, no hay grandes puntas o zonas muy bajas, el nivel es medio. Por lo tanto, el único valor agregado para distinguir a un producto, es el diseño del producto. Es muy importante que el producto tenga su identificación porque sino se encuentra en una muchedumbre y queda indistinguible. Los americanos dicen que el futuro va a estar dominado por el diseño, que es un concepto global que se manifiesta en diversas disciplinas, como el diseño industrial, gráfico, de publicidad y de arquitectura. Pero el diseño, desde el punto de vista conceptual, es único. Este sectarismo de las disciplinas se deja de lado porque quedó demostrado por búsquedas de marketing internacionales que la elección del usuario casi siempre es por cuestiones emotivas y no racionales. El 75 por ciento de las elecciones de un producto es por reacciones emotivas. Según una investigación de la General Motors la primera variable que condiciona la compra de un automóvil es el color. El aspecto formal es el que discrimina si vendés o no.

—¿Pero no tiene que haber una relación entre diseño y calidad?

—No siempre y no necesariamente. Por ejemplo, en la producción de Benetton la ropa no es de gran calidad, es mediocre. Pero habiendo desarrollado una imagen extraordinaria, y ahí aparece el rol del diseñador. Se presenta famoso en todo el mundo por las provocaciones de su publicidad. La intuición, la inteligencia de su creador, la notable imagen corporativa es la base del éxito y no la calidad. Es la manera de difundirlo, vivimos en la época de la comunicación.

—Si cada vez hay más diseño, y todos preocupados por distinguirse, ¿el diseño se vuelve muchedumbre?

—El diseño hace uso del pensamiento lateral, del pensamiento divergente, si llego a una realidad que es similar a la de otro, cambio y trato de singularizar. También en la similitud hay una connotación que me hace único. Siempre en la base de cada proyecto hay una etapa de análisis de las particularidades de cada caso. Y si eso se hace se llega a resultados que son únicos. Son excelentes de modo distinto. Yo rojo, vos verde, él azul, esa es la gran tarea del diseño.

—Hay diseñadores que no son profesionales. ¿Ese trabajo es inspiración o profesionalización?

—Sin formación se hacen cosas sólo de principiantes, y los principiantes son muy peligrosos, porque no tienen competencias. La carrera se ocupa de formar a los estudiantes profesionalmente y de forma personal para que en su vida obtengan gratitud.

—Muchas veces los diseñadores son acusados de no leer, de trabajar sobre la mancha, ¿cómo se lleva el diseñador con las palabras?

—Esto es una excusa. Son paradiseñadores, un diseñador sabe argumentar, porque tiene argumentos y los estudió. Esquemáticamente si tengo un problema y quiero proyectar una cámara de fotografiar, lo primero que hay que hacer es una investigación cuidadosa sobre lo que se ha producido en el mundo sobre esas cámaras. Así arribo a definir cuál es el verdadero problema y la síntesis conceptual del proyecto. Después lo traduzco en el lenguaje del diseño industrial, que tiene su lenguaje, sintaxis y orden gramatical. La disciplina que hoy sostiene al diseño es la semiótica pragmática, la sintaxis, la semiología. Solamente si consideré las etapas de la semiótica puedo considerar haber llegado a una conclusión. Si hice este proceso, está claro que tengo las palabras para poder explicarlo. El que no sabe explicar no es un diseñador.

—¿Cómo se enseña la disciplina?

—El diseño no se enseña. Se enseña a amarlo. Y cuando logras apasionar a los alumnos después todo lo demás viene por añadidura. Tengo la posibilidad de desenvolverme por todo el mundo, en Los Angeles, en Shangai, en México, en la China. Aquí en Rosario encuentro chicos verdaderamente motivados, apasionados en aprender esta disciplina, más que en otros lugares del mundo. Sin hacer odiosas comparaciones, esta es la verdad. Y, como en todo el mundo, prevalecen las chicas, que se destacan en número y en capacidad.




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Para el especialista italiano, no siempre van de la mano un buen diseño con la calidad del producto.

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