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 jueves, 16 de noviembre de 2006  
Coches invisibles. Buscan a dos integrantes de la comunidad gitana por insólitos engaños que arruinaron a incautos
Red de estafadores negociaba vehículos que no existían
Entregaban papeles, tomaban dinero y hasta se iban en autos que aceptaban en parte de pago. No los veían más

La detención de una bella joven de 21 años podría ser el prólogo para desbaratar una banda de estafadores que se dedica a vender autos que sólo existen en los sueños de sus víctimas. En principio, la policía busca a dos hombres de la comunidad gitana a quien la chica sindicó como ejecutores de las maniobras y que también figuraban, al igual que ella, en un par de denuncias que en los últimos meses describían similares formas de operar basadas en el engaño, la firma de papeles y la súbita desaparición de los vendedores al volante de los vehículos que sus clientes entregaban en parte de pago.

La captura de la chica, dueña en los papeles de dos o tres autos, no deja de tener ribetes insólitos. Ocurrió días atrás, cuando Gabriela Yanina Escalante denunció en el Juzgado de Instrucción Nº 2 que el viernes pasado a las 20.30 le habían robado su Renault Megane Scenic modelo 2004 de la puerta de su casa de Centeno al 2200.

"En el juzgado desconfiaron un poco: la chica es muy joven y esa zona es muy humilde. Entonces fuimos a averiguar al barrio y hasta la madre de la muchacha nos dijo que nunca había tenido un auto. Sin embargo, el dominio está a nombre de ella, así que la convocamos para hacerle unas preguntas y terminó admitiendo que nunca tuvo auto y que un novio gitano que tiene fue quien lo puso a nombre de ella, luego de hacer los papeles en Misiones", relató el titular de Sustracción de Automotores de la policía rosarina, Francisco Borgoratti, quien duda de que el Scenic haya estado alguna vez en poder de esta banda.

Ayer, mientras Escalante era indagada en Tribunales, se empezaban a conocer detalles de algunos casos en los que estaría implicada en función de denuncias realizadas por víctimas de estafas. Por ejemplo, el pasado 12 de agosto una familia de Victoria se presentó en la comisaría 8ª luego de esperar en vano en un shopping de la zona que los dos gitanos y la chica a quienes les acababan de entregar dos camionetas volvieran con la Ford Ranger prometida a cambio.

En rigor, las fuentes consultadas no pudieron precisar cómo fueron contactadas las víctimas por el trío, que había viajado a Victoria para ofrecer una pickup Ranger que no existía. Según las fuentes consultadas, fue en esa ciudad entrerriana donde acordaron a cambio 10 mil pesos y dos camionetas: una Chevrolet S10 y una Volkswagen Saveiro.

"Hicieron un boleto por la Ranger, entregaron las otras dos pickups y el dinero, y se vinieron todos para Rosario a buscar la Ranger. Al llegar, le dijeron a los clientes que los esperaran en un shopping. Nunca volvieron", contó Borgoratti, y agregó que la Chevrolet fue encontrada cuatro días después. "Estaba escondida en una cochera de Oroño y Lamadrid. Pero nunca pudimos dar con los gitanos y la chica".

El otro caso en el que se denuncia al trío que integraría Escalante ocurrió a principios de julio de este año. En este caso la víctima fue una familia domiciliada en un pueblo del sur santafesino que trabó contacto con un gitano llamado "Miguel" (no se especificó si se trata de su nombre o su apellido) en una compraventa de autos de la zona sur de Rosario. La oferta del gitano fue hablar con un "contacto" suyo que trabajaba en una concesionaria donde podían adquirir un Chevrolet Corsa 0 kilómetro entregando, en parte de pago, el Corsa 99 de los compradores.

Antes de concretar la operación, las víctimas fueron dos veces a una concesionaria de la zona sur donde fueron atendidas por un hombre "con aspecto gitano", según sostuvo una fuente, que se hacía llamar "Sebastián" y se mostraba como empleado del comercio, a pesar de que luego los responsables del establecimiento negaron tener relación con él. Para las víctimas, Miguel y su "contacto" no se mostraban como personas en quienes no se pudiera confiar.

Finalmente, el 4 de julio, los compradores firmaron en un registro de automotores un formulario 08 para que el Corsa 99 pasara a nombre de Gabriela, ya que Miguel había decidido regalarle ese auto. Luego hicieron un boleto de compraventa por el 0km y entregaron, además del auto, 7.000 pesos en efectivo y un pagaré por el saldo de 3.000.

Sin embargo, la última cita no fue en la concesionaria sino en una estación de servicio de Córdoba y Oroño. El pretexto fue que tenían que retirar unos papeles del registro donde se habían hecho los trámites y como la chica no había visto el auto, pidieron verlo y dar una vuelta. Y nunca más volvieron.

Más allá del accionar de la banda, ayer no estaba determinado el papel de la chica, que estampó su verdadero su nombre en al menos tres formularios fraudulentos. Para algunas fuentes, la chica también podría haber sido, de alguna manera, víctima de un engaño, pero en ese caso sería de aristas más sentimentales que materiales.

Tampoco estaba muy claro el tenor de la denuncia que ella misma fue a presentar y que finalmente desembocó en su detención. En principio, la policía cree que la idea fue denunciar el robo del Scenic para cobrar un seguro de 40 mil pesos, pero al parecer no encontraron una compañía que hiciera un póliza completa ya que lo único que los gitanos mostraban del auto eran los papeles.

Ayer la policía buscaba al supuesto novio de Gabriela, Miguel, un hombre de algo más de 40 años, y al cómplice restante, que no estaba identificado.
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