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 jueves, 16 de noviembre de 2006  
Rebajan la pena a condenado por el crimen de docente de Alcorta
La pena pasó de 17 a 14 años. Para el defensor, su cliente es inocente y no se aceptó evidencia a su favor

La Sala IV de la Cámara Penal redujo en tres años la condena al decorador de interiores Diego Oscar Fioretti por el crimen de la profesora de educación física Ana Rótolo, quien apareció asesinada cerca de Alcorta en marzo de 2003. El tribunal que revisó la sentencia a 17 años de cárcel que en primera instancia le habían impuesto al acusado bajó a la pena a 14 años. Y confirmó su obligación de resarcir en 40 mil pesos a los familiares de la docente, que era su mejor amiga.

Fioretti, de 35 años, había sido condenado en el mes de mayo pasado por el juez de Sentencia Julio Kesuani a 17 años de cárcel como autor de un homicidio agravado por el uso de un arma de fuego. Pero su abogado, Luis Tomasevich, apeló el fallo con la convicción de que su cliente es inocente y de que no existen pruebas firmes en su contra.

Tras analizar el expediente, los jueces Guillermo Fierro, Rubén Darío Jukic y Antonio Paolicelli concluyeron que existe un cúmulo de indicios que lo sitúan como el autor del asesinato, aunque consideraron que una pena a 14 años era más adecuada a su situación. El imputado era amigo de la víctima, con quien solía realizar los preparativos de los carnavales de Alcorta y animaban fiestas infantiles.

La noche del 14 de marzo los dos habían estado en la casa de la profesora mirando una película. A las 22 se fueron en el auto de Fioretti porque él se ofreció a llevarla hasta el bar donde ella se encontraría con unas amigas. Pero la mujer no llegó. Veinte minutos después de la medianoche la policía encontró su cuerpo en la zona rural de Sargento Cabral, en la banquina de la ruta 90, cerca del cruce con la 18 y a unos 50 kilómetros de su casa. Tenía un balazo en la cabeza, otros dos en la espalda y lesiones en la cara.

En base al testimonio del médico que revisó el cuerpo, los jueces de la Sala IV concluyeron que la mujer fue asesinada alrededor de la medianoche. Cerca de esa hora, una pareja que pasó en auto por el lugar vio a la mujer de pie al lado de un Fiat 128 color crema y con vidrios polarizados, discutiendo acaloradamente con el conductor. Esa es la marca y el color del auto de Fioretti, a quien un vecino de Alcorta lo vio ingresar desde la ruta media hora después, a eso de la 0.30. Según se probó, luego el muchacho se cambió de ropa para ir a dos bares de la ciudad.

Si bien el decorador aseguró que a la hora del crimen estaba en su casa, los jueces remarcaron que una amiga fue a buscarlo a las 23.30 y no lo encontró. El arma homicida no apareció, pero los camaristas contemplaron que al patrón de Fioretti (quien trabajaba en un bar) le robaron en los días previos al crimen un revólver calibre 32. A Rótolo la asesinaron con balas calibre 32 largo.

Entre las pruebas más firmes en contra del imputado, contemplaron un estudio que comparó la tierra hallada en las ruedas del vehículo con la del lugar del crimen. Esa pericia detectó que tenían los mismos componentes químicos. Y una prueba de ADN sobre manchas de sangre que quedaron en el asiento reveló que se correspondían en un 99,99% con el perfil genético de la docente.

La condena en contra de Fioretti quedó firme, pero su abogado anticipó que radicará un recurso de inconstitucionalidad porque a su criterio no se valoraron bien las pruebas. Tomasevich sostiene que nunca se acusó a Fioretti del robo del arma a su patrón y que proyectiles 32 largo no se pueden usar en un revólver 32 corto. Afirma que las manchas de sangre son previas al crimen, que se valoraron testimonios que no se discutieron en el juicio, que el auto de su cliente no tiene vidrios polarizados y refutó el análisis de la tierra.
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