Panorama desolador tras una tarde de terror

Un panorama desolador podía verse desde hora temprana en las calles de la ciudad luego del violento temporal de granizo que se abatió en la media tarde de ayer y que causó al menos un muerto y por lo menos cien heridos y graves destrozos en toda la ciudad.

Desde las 7.30, se reunió en la sede local de Gobernación un comité de crisis convocado anoche por la vicegobernadora María Eugenia Bielsa, en el cual estaban presentes el ministro de gobierno Roberto Rosúa, su par de Salud, Silvia Simoncini y el secretario de seguridad Gustavo Peters, como así también los responsables de Defensa Civil de la provincia, Promoción Comunitaria, Seguridad Comunitaria y la EPE, quienes evaluaron los pasos a seguir.

En el lugar se aguardaba la llegada del delegado para emergencias del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, en tanto se concentraban en el edifico de la ex Jefatura de policía cuatro camiones de Seguridad Comunitaria cargados con chapas, tirantes y colchones destinados a paliar la emergencia luego del meteoro sufrido ayer por la tarde y teniendo en cuenta la continuidad del tiempo inestable.

En tanto, la Empresa provincial de la Energía anunció que paulatinamente el servicio domiciliario se ha ido reponiendo y sólo restaría hacerlo en un 5% de las casas afectadas. La empresa habilitó las oficinas de Oroño 1260, Mendoza y Cullen y avenida Alberdi 1091, hasta las 18 de hoy, para que la gente realice los trámites personales de manera urgente.

También cerca de 220 personas permanecían evacuadas, entre las que se cuentan unos 150 vecinos del barrio Santa Lucía cuyos techos de viviendas recientemente entregadas fueron totalmente destruidos, por lo que fueron alojados en un local de Riobamba al 7.700.

Por su parte los evacuados de villa Banana y aledaños, que ascienden a 62 personas, fueron ubicados en las instalaciones del Batallón de Comunicaciones 121.


Una postal del terror
Hoy la ciudad amaneció como una postal de desolación. Arboles, restos de vidrios, cables telefónicos y de luz volcados sobre las aceras, un reguero de hojas y gran cantidad de calles anegadas conforman la imagen devastadora de una tormenta histórica y que dejará huellas imborrables.

Grandes daños en varios lugares de la ciudad, como el Planteario Municipal -que sufrió la rotura de gran cantidad de vidrios-, el pararrayos del Auditorio Fundación Astengo volcado peligrosamente con su punta apuntando a calle Mitre -por lo que se halla interrumipido el tránsito entre Rioja y Santa Fe-, los grandes destrozos en la biblioteca del Consejo de Mujeres mostraban hoy los daños de una tormenta feroz.

Desde la provincia y la Municipalidad se recomendó expresamente circular con precaución debido a la gran cantidad de calles anegadas y cables de luz cortados.

Algunas zonas de la ciudad resultaron muy afectadas, tales los barrios Santa Lucía, Triángulo, Itatí, villa Pororó y villa Banana, entre otros, cuyos habitantes se movilizaron hasta la sede local de la gobernación para dialogar con la vicegobernadora, a cargo del Ejecutivo provincial, para reclamar por chapas, colchones, maderas.

Desde la secretaría de Servicios Públicos de la Municipalidad se informó que el 95% de la flota del transporte urbano de pasajeros está en la calle, pese a los graves daños sufridos por una buena cantidad de ómnibus, especialemnte los de la Semtur.

En tanto, en la comisarías 20ª y la 24ª de Granadero Baigorria está cortado el teléfono; en la 22ª no tiene agua; sin luz ni teléfono se hallan las seccionales sub 3ª de Alvarez y sub 18 de Cabín 9, mientras que la comisaría 31ª de Zavalla y la 19ª no tienen servicio eléctrico.


Techos desplomados
Poco antes del mediodía se produjo el derrumbe total del techo de fibrocemento del supermercado Echesortu, ubicado en Mendoza 3480 casi en su intersección con Cafferata, provocando pérdidas casi totales en las instalaciones del comercio a la vez que su propietario sufrió algunas escoriaciones leves.

Otra de las cubiertas que colapsó fue la del depósito donde se guardan los trolebuses de la línea K, un galpón de casi cien metros por cuarenta ubicado en Mendoza y Brasil que quedó convertido literalmente en un colador.

Tribunales tampoco se salvó de la pedrea.