Tres bombas enrarecen aún más el clima político en México

México DF.- Bombas caseras estallaron la madrugada de hoy en objetivos políticos y financieros en la capital de México, causando nerviosismo en el país ya crispado por un conflicto en el sureño estado de Oaxaca y a menos de un mes de que asuma un nuevo presidente.

Los artefactos estallaron en forma simultánea en el tribunal electoral, la sede del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI) y una sucursal del banco canadiense Scotiabank, causando daños materiales sin que hubiera heridos.

Las autoridades recibieron dos llamadas de advertencia sobre las bombas, pero dijeron que hasta el momento ningún grupo se había adjudicado su responsabilidad.

Los estallidos dañaron también portones y rompieron ventanas de algunas casas aledañas al tribunal y al banco.

Otros dos artefactos colocados frente a una sucursal bancaria y una tienda-restaurante de la cadena Sanborns -propiedad del magnate mexicano Carlos Slim- fueron desactivados por policías especiales.

Tanto el presidente Vicente Fox como el presidente electo, el oficialista Felipe Calderón y el alcalde de la Ciudad de México, Alejandro Encinas, condenaron los ataques.

“Rechazamos tajantemente estos actos criminales de atemorizar a la población. Vamos a trabajar fuertemente por aclarar y por garantizar, permanentemente, a la población seguridad y tranquilidad”, dijo Fox, quien se prepara para entregar la Presidencia a Calderón el 1 de diciembre.

En tanto, el edificio sede de la Cancillería fue desalojado durante un par de horas tras recibirse una llamada alertando sobre una bomba, pero no se encontró artefacto alguno.

“Hubo una llamada en la que se dijo que había una bomba, se desalojó el edificio, pero ya se está ingresando nuevamente”, dijo un portavoz de la cancillería.

Los estallidos ocurren en momentos en que parece lejana una solución a un conflicto político en Oaxaca, uno de los estados más pobres del país, donde activistas y maestros exigen la renuncia del gobernador Ulises Ruiz, del PRI, a quien acusan de represor y corrupto.

El conflicto inició en mayo con una huelga de maestros en demanda de mejoras salariales, pero grupos indígenas y de izquierda radicales se sumaron al movimiento tomando el Zócalo, la principal plaza pública, y colocando barricadas en distintos puntos de la capital estatal.

La semana pasada la policía antimotines desalojó el Zócalo pero no logró el control en toda la ciudad. El domingo miles de manifestantes marcharon para pedir la salida de Ruiz, quien ha dicho que no renunciará.

Uno de los líderes del movimiento en Oaxaca deslindó a su organización de los estallidos de hoy. “Nosotros no tenemos nada que ver con eso, nuestra lucha es pacífica y democrática”, dijo a Reuters Flavio Sosa, de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (Appo).

El conflicto en Oaxaca se suma al caldeado clima poselectoral en México, luego de que el tribunal electoral o TRIFE ratificó la victoria de Calderón, del derechista Partido Acción Nacional (PAN), al que pertenece Fox, y lo nombró presidente electo a inicios de septiembre, en medio de protestas de la izquierda.

El candidato de la izquierda Andrés Manuel López Obrador, había impugnado el resultado de las elecciones presidenciales ante el Trife, alegando un fraude en su contra.

López Obrador ha dicho que no reconocerá la victoria de Calderón y nombró un “gabinete legítimo” conformado por colaboradores suyos que buscarán hacer una marca personal al nuevo mandatario.

El presidente Fox ha dicho que podría heredar el conflicto de Oaxaca a su sucesor. (Reuters)