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 lunes, 06 de noviembre de 2006  
Dos represores también recibieron la pena capital. Hubo celebraciones
Saddam, condenado a morir en la horca
El tribunal iraquí lo halló culpable de crímenes de lesa humanidad contra la comunidad shiíta

Bagdad. - Tres años y medio después de su caída, el ex dictador iraquí Saddam Hussein fue condenado a morir ahorcado por el tribunal especial que juzga los crímenes contra la humanidad de su régimen. Además del ex dictador, también fue dictada la pena de muerte contra su hermanastro, Barsan al Tikriti, y el antiguo juez Awad al Bandar. La sentencia provocó muestras de alegría en los barrios shiítas de Bagdad, así como en las ciudades del sur del país, donde reside la mayoría de los integrantes de esa rama del islam en Irak, especialmente oprimida durante la larga dictadura de Saddam. En contraste, en la ciudad natal del ex dictador, Tikrit, hubo manifestaciones de apoyo al ex dictador.

Seguramente las defensas recurrirán la pena. La apelación podría presentarse hoy mismo, pero los observadores en Bagdad opinan que es improbable que los jueces acepten la revisión del veredicto. En caso de que la apelación fuera rechazada, Saddam, Al Tikriti y Al Bandar deberán ser ejecutados en el plazo de 30 días desde que la sentencia quede firme. Saddam había reclamado que, de ser condenado a muerte, fuera fusilado en lugar de ser colgado "como un simple criminal", opción que fue rechazada por el tribunal debido a que no es una pena contemplada en el ordenamiento penal civil.

La sentencia es el resultado del primer proceso contra Saddam y siete ex funcionarios de su régimen, acusados de la muerte de 148 shiítas, ejecutados en 1982 en la pequeña localidad shiíta de Duyail (ver aparte). Se eligió este caso por lo bien documentado que está el proceso de represión ordenado por el presidente iraquí.

Pese al toque de queda decretado desde el sábado, en Tikrit cientos de seguidores del antiguo tirano se manifestaron contra la sentencia. En Bagdad, donde también regía el toque de queda -al igual que Mossul y Bakuba-, se escucharon disparos al aire de júbilo tras el anuncio del fallo y miles de personas salieron a expresar su alegría, especialmente en los grandes barrios shiítas.

Al menos 20 iraquíes murieron por el lanzamiento de proyectiles de mortero en el norte de la capital, presumiblemente por seguidores de Saddam. El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, habló de "lección para todos los criminales y terroristas" y señaló que el ex dictador "pertenece definitivamente al pasado".


A los gritos
Saddam escuchó la sentencia sin emoción visible y gritó mientras se leía: "Viva el pueblo, viva la nación. ¡Allah akbar! (Alá es grande)". El ex dictador se negó en un principio a levantarse para escuchar el veredicto, y sólo cedió después de que el presidente del tribunal ordenara a los ujieres obligarlo a hacerlo. El juez, el kurdo Rauf Abdul Rahman, leyó entonces el párrafo fatal: "El tribunal ha decidido sentenciar a Saddam Hussein al Mayid a ser ahorcado hasta que muera por crímenes contra la humanidad", dijo el magistrado en una rápida sesión que concluyó un año de un complicado proceso legal. Saddam admitió durante el proceso haber ordenado las ejecuciones, calificándolas de "justificadas" en época de guerra contra Irán.

Al Bandar, que hace 24 años dirigió el proceso contra los shiítas ejecutados en Duyail, insultó a los jueces llamándolos "traidores y espías". Las imágenes de televisión transmitidas desde la sala dejaron de emitirse en ese momento. También deberá ser ahorcado el hermanastro de Saddam Barzan al Tikriti, antiguo jefe de los servicios secretos de Saddam, que tuvieron directa participación en la masacre de Duyail.

El tribunal sentenció asimismo a cadena perpetua al antiguo vicepresidente del ex dictador, Taha Yassin Ramadán, mientras otros tres acusados cumplirán penas de 15 años de cárcel. La corte decidió absolver al último de los encausados, Mohammed Assawi, funcionario del partido del régimen de Saddam en Duyail.

Ayer, el ministerio de Interior ordenó quitar del aire a dos canales de televisión por considerar que instaban a la violencia, poco después de conocerse el fallo del tribunal. Uno de los canales pertenece a un dirigente sunita, mientras el otro tiene su sede en Tikrit.

Mientras la defensa habló de "justicia del vencedor", la sentencia provocó diversas repercusiones en el mundo. Europa condenó el fallo, dado que en la UE está prohibida la pena de muerte. EEUU, en cambio, exaltó la decisión, mientras Rusia señaló que la ejecución de Saddam sólo agudizará el actual conflicto interno iraquí. Organismos de derechos humanos, como Amnistía Internacional, también criticaron la condena a muerte.

Actualmente se lleva a cabo un segundo juicio contra Saddam por genocidio, pero no está claro si el proceso, en el que se lo juzga por el exterminio de pueblos kurdos en el norte de Irak en 1987 y 1988, podrá finalizarse antes de su ejecución.
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Saddam escucha la condena que lo envía a la horca.

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