Año CXXXVII Nº 49285
La Ciudad
Política
Economía
La Región
Opinión
Información Gral
Escenario
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores
Mundo digital



suplementos
Ovación


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 05/11
Mujer 05/11
Economía 05/11
Señales 05/11
Educación 04/11
Salud 01/11
Página Solidaria 01/11
Autos 26/10

contacto
servicios
Institucional


 lunes, 06 de noviembre de 2006  
La Cruz Roja pide poner fin al uso de bombas de racimo

Ginebra.- El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) hizo hoy un llamamiento mundial para que se abandone el uso de las denominadas bombas de racimo y reiteró el pedido para que se prohiba su uso en zonas habitadas.

“Es terrible que los civiles se vean envueltos tan a menudo en los horrores de los conflictos modernos, pero es sencillamente intolerable que cuando regresan a sus hogares o a sus tierras, las encuentren plagadas de restos explosivos”, dijo el director del CICR, Phillipe Spoerri, en un comunicado difundido hoy.

El anuncio tiene lugar, además, un día antes de la Tercera Conferencia de Examen de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales, que se celebrará en Ginebra hasta el 17 de noviembre, y en la que se espera que los Estados estudien nuevas medidas para encarar este problema.

“Las municiones de racimo suelen ser las más dañinas, dado su uso masivo, el extenso perímetro que abarcan y su consabida falta de precisión y fiabilidad”, dijo Spoerri en su declaración, aparecida en la página de Internet del organismo internacional.

Las municiones de racimo son artefactos lanzados desde tierra o aire, que pueden llegar a contener hasta 650 submuniciones explosivas individuales. Estas últimas están diseñadas para explotar al impacto, pero no siempre lo hacen.

“En la mayoría de los conflictos en que se emplearon estas municiones, las consecuencias para la población han sido terribles, como en Kosovo, Irak, Afganistán y Laos”, señala el comunicado.

El CICR también se ofreció a organizar una reunión internacional de expertos en 2007, a fin de analizar futuras normas de derecho internacional humanitario que protejan mejor a la población civil de los efectos de dichas armas.

En el año 2000, tras la guerra de Kosovo, el CICR instó por primera vez a que se tomasen medidas al respecto, en el marco de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales (CCAC).

Spoerri también recalcó las secuelas que podrían tener las municiones de racimo en la agricultura a largo plazo, al contaminar las tierras productivas, así como los obstáculos que plantean a las labores de socorro y de reconstrucción.

Destacó que en Laos, más de 30 años después de que se utilizaran municiones de racimo, las submuniciones que quedaron sin estallar siguen causando, con frecuencia, muertos y mutilados en las zonas rurales. (Télam)
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados