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 lunes, 06 de noviembre de 2006  
Diareros. El dramaturgo uruguayo escribió en Rosario la obra teatral con la que bautizó a los pibes que voceaban los diarios
Los canillitas celebran su día en homenaje a Florencio Sánchez
Los vendedores de periódicos festejan el 7 de noviembre en memoria de la muerte del escritor y periodista

Ana María Bertolini

El Día del Canillita comenzó a festejarse hace casi 60 años -el 7 de noviembre de 1947- en memoria de la muerte del dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez, quien al comenzar el siglo XX escribió y estrenó en Rosario la obra teatral "Canillitas", cuyo personaje era un chico que voceaba los diarios por la calle.

La primera vez que en Buenos Aires se escuchó a un pibe de esos fue el 1º de enero de 1868, cuando todavía nadie los llamaba canillitas: "¡Compre La República!" "¡La República, a medio peso!", vociferaban. El diario, que había aparecido ese día, era dirigido por Manuel Bilbao, quien ideó esa forma de venta directa.

Hasta entonces, los periódicos se repartían por suscripción a través del correo, lo que llevaba a leerlos con atraso, a menos que se los buscara en la imprenta.

A Bilbao se le ocurrió que la venta ambulante sería un buen negocio para él -el chico cobraba menos que el correo- y para el lector: recibiría el diario en el acto y más barato. Tan grande fue el éxito que la competencia copió el sistema de inmediato.

Así -en razón de la miseria imperante- surgió un nuevo oficio, aún sin nombre, conformado por cientos de niños y jóvenes que se ofrecían a vocear los títulos en la calle para vender la noticia fresca, con tal de arrimar unos centavos al hogar.

Con el tiempo aparecieron los primeros puestos callejeros fijos, cuya posta fue preciso disputar a trompadas o pagando el favor policial, hasta que Juan Domingo Perón, por aquel tiempo secretario de Trabajo, le aconsejó al que le proveía los diarios: "Hay que sindicalizarse". Así, cada posta se normalizó.

Para acortar el recorrido y llegar antes los chicos viajaban colgados de la parte trasera de los tranvías: trepándose, llegaban rápido al centro, donde a la salida del teatro y del cabaret las ventas se multiplicaban.

¿Quién les puso el nombre de canillitas? Lo decidieron ellos mismos en 1947, en honor a Florencio Sánchez, un dramaturgo nacido en Montevideo, Uruguay, un 17 de enero de 1875, quien así los había bautizado. El Día del Canillita fue fijado para el 7 de noviembre, fecha de la muerte del escritor.


Redactor del rosarino La República
Luego de haber trabajado como escribiente en una dependencia policial de La Plata a las órdenes de Juan Vucetich -creador del sistema de identificación dactilar- Sánchez viajó a Rosario, donde en 1902 comenzó a trabajar como redactor en La República, diario recién fundado por Lisandro de la Torre, el que quizás le trajo al escritor reminiscencias del voceado periódico de don Bilbao.

Inspirado por el ambiente periodístico, en sus ratos libres escribió una pequeña pieza teatral cuyo personaje era un niño vendedor de diarios. La tituló "Canillita", conmovido por las piernas flacas de los diarieros rosarinos. Pero también porque en invierno los veía con las narices chorreando como una canilla.

"Canilla" deriva del latín "canella", que significa "cañita" en español. Una de sus acepciones es "hueso largo de la pierna", y otra quiere decir "dispositivo que bloquea o libera la salida del agua".

La compañía española de zarzuelas de Enrique Lloret puso en escena la obra en Rosario el 1º de octubre de 1902, con tan buena acogida que fue representada durante dos semanas a teatro lleno.

Al año siguiente, el dramaturgo conoció al empresario Jerónimo Podestá, quien con gran éxito le estrenó en Buenos Aires "M'hijo el dotor", lo que animó a Sánchez a proponerle en 1904 que exhibiera "Canillita" en un teatro porteño.

Entonces no existían niños actores, pero sí mujeres jóvenes con condiciones para interpretar a un chico. La elegida para el rol principal fue la incipiente actriz Blanca Podestá.


Una gran repercusión
La repercusión de "Canillita" superó lo esperado y la compañía decidió hacer una función gratuita en el teatro La Comedia para los diarieros, quienes colmaron la sala y se sintieron tan identificados con el nombre, que así pasaron a autodenominarse.

Sánchez adquirió renombre y celebridad con estas y otras obras, entre las que se cuentan: "Cédulas de San Juan"; "La pobre gente"; "La gringa"; "Mano santa"; "En familia"; "Los muertos"; "Barranca abajo"; "El conventillo"; "El desalojo"; "Nuestros hijos"; "Los curdas"; "La tigra"; "Moneda falsa"; y "Zarzuela".

El 25 de septiembre de 1909 el dramaturgo se embarcó hacia Europa como comisionado oficial del presidente uruguayo, Claudio Williman, pero al llegar se enfermó gravemente.

Murió de tuberculosis en el hospital Fate Bene Fratilli de Milán, el 7 de noviembre de 1910, con apenas 35 años. En su honor, en esa fecha, se conmemora el Día del Canillita.

Hasta la década del 90 no se editaban ni se vendían diarios o revistas ese día. Actualmente, la celebración sigue en pie, pero la venta no se interrumpe.

En su testamento, Florencio Sánchez dispuso: "Primero, que no haya entierro; segundo, que no haya luto; tercero, que mi cadáver sea llevado sin ruido a la Asistencia Pública, y de allí a la Morgue". Y culminaba: "Sería para mí un honor único que un estudiante de medicina fundara su saber provechoso para la humanidad en la disección de cualquiera de mis músculos." (Télam)
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Los canillitas, eternos compañeros de las noticias.


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