Cambió de cabeza

Newell's reaccionó y empató por vía aérea

Lucas Vitantonio / Ovación

Newell's siempre corrió de atrás en el resultado. Pero al final logró sellar un empate que no aportó demasiado desde lo matemático, ya que los líderes están cada vez más lejos, pero que sirvió para revitalizar la confianza del equipo luego de la alarmante sequía goleadora que padecía. Los rojinegros volvieron a agitar las redes y esa fue la noticia positiva de la tarde. Claro que las conquistas de cabeza de Germán Rivera y Oscar Cardozo no sirvieron para cosechar los tres puntos porque la defensa no funcionó con la solidez de fechas anteriores, y Justo Villar debió traer la pelota del fondo del arco en dos ocasiones. Fue una igualdad que se ajustó al desarrollo equilibrado y desprolijo del juego. Dos veces sacó ventaja Arsenal, pero con más coraje que ideas la lepra lo alcanzó y salvó la ropa ante su gente.

De salida Newell's repitió el habitual esquema de doble cinco y carrileros. Una fórmula que jamás encontró la pelota ni logró poner en órbita a los alejados satélites paraguayos, Cardozo y Salcedo. Tan baja fue la producción futbolística que en el primer tiempo los rojinegros no lograron generar acciones que pusieran en aprietos a Cuenca.

Encima Arsenal se animó a plantarse lejos del área y tuvo en Pablo Garnier y Juan Pablo Caffa a los abanderados para arrimarle peligro a Villar.

El propio Garnier guapeó una pelota en la puerta del área y luego de un pase de Mauro Obolo, el rubio volante se ganó un Martín Fierro al mejor actor de la tarde por venderle a Furchi un supuesto penal de Villar que no existió. Obolo facturó desde los doce pasos.

Newell's terminó el primer acto con semblante de preocupación, tal vez jugando los peores minutos en lo que va del Apertura. Sin ideas, sin sorpresa, sin convicción para generar peligro y sin movilidad de tres cuartos en adelante. Demasiados sin para intentar revertir la historia.

En el entretiempo a Nery Pumpido no le tembló el pulso y cambió nombres y esquema. A la variante obligada de Rivera por el Colo Ré (ver aparte), se sumó el ingreso de Sebastián Arrieta como enlace por el impreciso Hugo Colace, lo que originó la fractura del doble cinco.

Diego Gavilán tuvo espacios para plantarse como el patrón del medio y Cejas y Peralta no quedaron tan arrinconados a la línea de cal. Arrieta aportó buen manejo de balón, pausa para evitar choques con las dos líneas de cuatro que diseñó Alfaro y hasta algunas sutilezas que despertaron el aplauso de los hinchas.

Entonces Newell's, sin brillar ni mucho menos, clarificó un poco su cabeza y precisamente por esa vía llegó el empate de Rivera. Tras cartón Arrieta metió un frentazo que sacudió el palo derecho. Pero Arsenal se adelantó otra vez con una arremetida de Casteglione.

El local salió otra vez como un león herido y Cardozo mostró su categoría con un testazo que decretó la igualdad. Newell's tiene muchísimo para mejorar, pero al menos se le abrió el arco contrario y sus hinchas pudieron gritar goles, lo más lindo del fútbol.

Colace soporta la arremetida de un jugador de Arsenal durante el primer tiempo.