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 miércoles, 21 de junio de 2006  
Opinión
Pesa más el entorno que el juego

En este Mundial pesa más el entorno que el juego en sí. Parece mentira cómo la situación mediática que se vive en el mundo pesa sobre el juego. En este momento lo más importante parece ser qué disfraz resulta más atractivo o cuántas cervezas se pueden tomar. Los medios apuntan más al colorido de la calle que a las jugadas o al sistema de juego empleado por los equipos.

  Cada día se toma más el Mundial como un producto de consumo que se relaciona con el espectáculo turístico y entretenimiento. Todo se mezcla, descontrol, disfraces y máscaras invaden las calles de Alemania. Cada estadio ofrece la perfección para disfrutar de este juego que pareciera escapar del césped para colocarse en primera fila en el mundo de la mercadotécnica.

  Que el fútbol salve el fútbol. Es la consigna y la brisa sopla con la esperanza de un mejor Mundial, con algunos equipos clasificados ya en el segundo partido. Tengo la sensación de que los candidatos, en los primeros partidos, mostraron un mejor nivel que en el 2002.

  Podemos observar que los equipos africanos que fueron sorpresa en mundiales anteriores (Camerún, Nigeria y Senegal), hoy, a excepción de Ghana, fueron meros participantes. Ecuador creció notablemente y logró un protagonismo que no tuvo en Corea-Japón y Suecia da batalla pero no supera en segunda línea.

  Italia apuesta siempre al músculo, aunque esta vez mostró una actitud más generosa. Inglaterra y Francia estuvieron lejos de lo esperado. Argentina, que ganó con autoridad el primer partido a Cosa de Marfil, clasificó en el segundo con un juego magistral, logrando lo ideal de un equipo, belleza y eficacia. Fue realmente el mejor y eso nos ilusiona.

  Otra sorpresa agradable fue España, que abandonó la furia que lo tuvo condenado a la intrascendencia y apostó al buen juego. Sin embargo, la revolución histórica la produjo Alemania. Llegó repleto de cuestionamientos, cambió todas sus viejas estructuras y mostró un equipo que, con algunos problemas en defensa ante Costa Rica mostró una conducta ofensiva que lo hace terrible. Esperamos la clasificación de México que, al igual de Portugal, no ofrecieron lo esperado. México puede crecer, tiene fundamentos para hacerlo, al igual que Francia y Holanda, la brisa esperanzadora está latente.

  Brasil, plagado de buenos jugadores dispersos en el compromiso colectivo y salvado por sus individualidades, no aportó nada al buen juego. Pero es Brasil y debe y puede cambiar.

*Técnico campeón en el 78
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