Berlín, la ciudad de la final

Entrada: Muy pocas ciudades europeas pueden rivalizar estos días con Berlín en colorido y animación. Si no hay ciudad alemana que no haya sido afectada de una forma o de otra por la realización del Mundial, Berlín es de todas ellas la ciudad en la que el evento máximo de selecciones se vive con mayor intensidad. Finalmente, es aquí donde se celebrará la final y donde se espera la mayor afluencia de turistas durante el mes de la competición. Sin embargo esto no es problema para los berlineses, acostumbrados como están a recibir cada año millones de visitantes. Sí lo es, en cambio, para las autoridades locales, que han reforzado la seguridad en procura de evitar, entre otras, las agresiones a turistas de color por parte de extremistas de derecha, especialmente activos en el área oriental de la ciudad. Esto no debería ser obstáculo, sin embargo, para disfrutar de la que probablemente sea la ciudad menos alemana de Alemania, la más felizmente cosmopolita y la más abierta.

Berlín tiene infinidad de rostros, tantos como personas que la visitan. Su oferta cultural es tan grande que es improbable tropezar con dos personas que hayan hecho y hayan visto lo mismo durante su estancia en la ciudad. Son inevitables la Alexanderplatz y la torre de televisión o "Fernsehturm" de 250 metros de altura cuyas vistas no tienen rival; la catedral o "Berliner Dom"; el Checkpoint Charlie, testimonio de los 28 años de división de Berlín y de Alemania; el ayuntamiento; la Puerta de Brandenburgo; el Reichstag y la avenida Unter den Linden con su "Siegessaule" o columna de la victoria hecha famosa por el filme de Wim Wenders "Las alas del deseo".

Estos monumentos y edificios pueden alcanzarse fácilmente a pie, aunque también puede utilizarse la línea 100 de autobús. Si bien el gran espectáculo de Berlín se encuentra en sus calles no puede ignorarse la opulencia de los museos. Los más destacados son el Museo de Pérgamo, que reúne obras maestras del arte griego, romano e islámico, el Judío, diseñado por el arquitecto Daniel Libeskind, la Neue Nationalgalerie con pinturas de Klee, Picaso y Kokoschka entre otros y el Histórico Nacional.

Qué comer: "Bouletten" o albóndigas de carne de cerdo con ensalada de papas. Se puede probar también la carne de cerdo con chucrut y puré de arvejas. Los "Kebaps", sándwiches de carne de pollo o cordero con verduras y salsa de yogur, de Kreuzberg, el barrio turco de la ciudad, no tienen rival en Alemania. Nada mejor para acompañar todo esto que alguna de las tres cervezas de la ciudad: Berliner Kindl, Schultheiss y Berliner Weisse.

Qué traerse: un libro de imágenes de Berlín es quizás el mejor recuerdo.

Qué evitar: que el subte de Berlín no tenga molinetes no significa que no se controle a los pasajeros. Si es sorprendido sin billete, el ingenioso enfrenta una multa de varios cientos de euros, por lo que es mejor comprarlo y marcarlo antes de montarse al tren.

Qué pasa: el Olympiastadion Berlin de la Hanns-Braun Str. acogerá los siguientes partidos: Brasil-Croacia, el 13; Suecia-Paraguay, el 15; Ecuador-Alemania, el 20 y Ucrania-Túnez el 23, además de un partido de cuartos el 30 y la final el 9 de julio.