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 domingo, 04 de junio de 2006  
[sobre gustos]
El imperio de las imágenes
Héctor Molina contesta sobre sus pasiones y sus odios, bromea sobre sí mismo y se ilusiona con un amnor imposible

Héctor "Nene" Molina se autodenomina realizador audiovisual. En su curriculum formal figura que es licenciado en comunicación social, pero él prefiere recordar esos años como "los más felices" de su vida, a través de los cuales conoció "a los tipos más talentosos". Tiene a su cargo la Escuela Provincial de Cine, es profesor e investigador de la Universidad Nacional de Rosario. Dirigió diversas producciones de cine y televisión; entre ellas, el largometraje "Ilusión en Movimiento".

Por estos días, está dirigiendo las tomas finales de "Cables Cruzados", un programa sobre música que comenzó a emitir Canal 3. También comenzará a trabajar sobre la dirección de fotografía de "La Peli", un filme de su amigo Gustavo Postiglione y asegura que su mente se está abriendo hacia su próxima película, sólo porque sus amigos lo presionan con que la concrete porque si no dejaran de relacionarse con él.

-¿Qué guardás en la mesita de luz?

-Pará que voy a ver y te cuento... (ya volví). Me hiciste percatar que tengo que ordenarla un poco: "La misteriosa llama de la reina Loana", de Humberto Eco; unos corales que traje de Cuba que parecen pedazos de escombros; un libro de ilustraciones de Zaffino, un grosso que a los 16 años dibujaba en D'Artagnan; un libro sobre la mujer, muy misógino y muy divertido; el pasaporte; algún preservativo; gotas para la nariz; un vaso con agua; el último libro del Negro Fontanarrosa; unas facturas impagas, un enchufe de tres patitas; un flip-book de Evita; una foto de mi hija Martina. Y una carta que nunca le voy a enviar a una mujer que amé.

-¿Cómo te definirías: cineasta, realizador audiovisual, director de cine y/o TV, actor o quizá artista audiovisual?

-Todo eso, menos artista... aspiro a serlo. Quizás en alguna de mis próximas vidas.

-¿Qué película que viste en tu infancia o adolescencia se tornó imborrable y por qué?

-Todos los westerns spaghetti. "Juan Moreyra", de Leonardo Favio, "Sérpico"; "All That Jazz", de Bob Fosse, y "El Toro Salvaje", de Scorsese: ahí entendí por primera vez qué es lo que hace un director de cine.

-¿Si existiera la posibilidad de cambiarle el nombre a la ciudad, qué nombre le podrías y por qué?

-No puedo pensar en esta ciudad despojada de su nombre. No puedo pensar en nadie sin su nombre o su apodo.

-¿A qué lugar no irías por más que te inviten especialmente?

-A ninguno.

-¿Si te dieran impunidad, matarías?

-Sí. Y quizás sin impunidad también. Pero no se preocupen, no me animo... No vale la pena.

-¿Las imágenes valen más que mil palabras?

-A veces sí. Pero también hay palabras que valen por mil imágenes.

-¿Qué película no recomendarías?

-Ninguna.

-¿Qué consejo le darías a tu peor enemigo?

-Ninguno.

-¿El movimiento es pura ilusión?

-No. Es la gran paradoja existencial. Es motor y efecto de todo.

-¿Con qué plato de comida agasajarías a un amor imposible?

-Si tuviese mano a mano a ese amor imposible, puedo prescindir de agasajarlo con una comida. Me concentraría en poner toda mi energía en persuadirla sobre por qué vale la pena que pasemos esa noche juntos.

-¿De qué te arrepentís?

-Todavía no lo decidí.
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Gustos. Molina admite como marcas clave películas como "El Toro Salvaje", de Scorsese.

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