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 domingo, 04 de junio de 2006  
Muerte en la cava: cuando la incineraron, vivía
Así lo determinó la autopsia a Roxana Tartabul, cuyo cuerpo apareció el viernes en un basural de Pérez

El crimen de Roxana Isabel Tartabul, la mujer de 39 años cuyo cuerpo calcinado apareció la tarde del viernes en una cava de Pérez, está esclarecido para la policía a partir de la detención de su ex esposo, identificado como Héctor Omar Enriquez, de la misma edad. Así lo dejaron saber voceros de la Brigada de Homicidios que investigan el macabro hecho. "Los violentos antecedentes del hombre en el marco de la relación familiar y las contradicciones evidentes en las que entró durante el interrogatorio cierran el círculo sobre su persona", aseguró el informante. En tanto, la autopsia hecha al cadáver arrojó un dato escalofriante sobre el episodio: a Roxana la incineraron cuando aún vivía.

El cuerpo de Tartabul, madre de dos hijas adolescentes y separada de su esposo desde hace un par de años, fue hallado bajo una pira de neumáticos aún humeantes por el fuego en una cava ubicada a unos mil metros al norte del cruce de las rutas 33 y 14, en Pérez. La mujer, hermana de un oficial de Criminalística de la Unidad Regional II, vivía en calle Jacarandá al 100, en el barrio Cabín 9. Y según algunas versiones, trabajaba como empleada doméstica en la casa de un camarista federal.

Junto al hallazgo del cadáver, los pesquisas encontraron en el lugar un reloj pulsera, una cadena y un anillo de la mujer. Esos elementos, reconocidos por una de las hijas de Roxana, fueron determinantes para identificar el cuerpo. "Estaba totalmente irreconocible, y sólo un examen de ADN podría habernos llevado hasta su identidad si no fuera por esos elementos encontrados", confió el jefe de Homicidios, Daniel Corbellini.

Otra pista la dio el propio hermano de Roxana, quien comentó entre sus pares su preocupación porque la mujer no había ido a trabajar como lo hacía todos los días a la casa del camarista federal y tampoco estaba en su casa.


Sin golpes ni heridas
Los resultados preliminares de la autopsia arrojaron que Roxana no tenía golpes, puñaladas o balazos que hubieran determinado su muerte. "Hasta ahora todo indica que murió por asfixia por combustión, es decir que el asesino le dio un golpe para atontarla y después le prendió fuego con vida. Todo eso lo definirán los estudios anatomopatológicos", dijo Corbellini.

En el marco de la investigación, la policía secuestró una camioneta que es propiedad del hermano de Enriquez. En el vehículo había un bidón con restos de nafta. El acusado trabaja en una compraventa de la zona sudoeste de la ciudad a la cual "nunca iba en auto", dijo un vocero. Pero el viernes fue a laburar a las 11 y en la pickup de su familiar. "A las 8 menos 5 Enriquez llamó al dueño del comercio para decirle que iba a llegar tarde porque tenía que hacer unos trámites y cuando nosotros lo interrogamos nos dijo que a las 9 ya estaba trabajando. El asume que fue a buscar a su ex esposa, pero dice que la dejó en la parada del colectivo. El tipo miente, y es lógico con sus antecedentes. Tiene dos intentos de suicidio, está bajo tratamiento psiquiátrico y la familia lo denunció un montón de veces por que golpeaba a la mujer y a las hijas", dijo otro allegado a la investigación.

Así las cosas, Enriquez seguía detenido ayer en la Jefatura de la Unidad Regional II y a disposición del juez de Instrucción Eduardo Suárez Romero, quien lo indagaría mañana.
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