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 domingo, 04 de junio de 2006  
Psicodrama: actuar para vivir

El psicodrama, creado por el médico Jacob Levy Moreno, ha sido adaptado en todo el mundo y se aplica para resolver conflictos grupales, individuales o de pareja. En la Argentina se hace psicodrama desde 1964, según sostiene Raúl Cela, quien fuera miembro fundador de la Sociedad Argentina de Psicodrama, y actualmente integra la Comisión Científica del Congreso Iberoamericano de esta disciplina. "Tomamos referencias filosóficas y praxiológicas del esquizoanálisis, y de todas las ideas que apoyan una postura de transformación y ampliación de las relaciones de determinación de la existencia humana", acota Cela. En su libro "Modos de ser terapeuta", explica acerca de esta técnica terapéutica en la que el paciente toma el lugar de protagonista.


El origen
Levy Moreno había nacido en Bucarest, Rumania; vivió unos años en Viena donde completó sus estudios y desarrolló sus primeras experiencias en el campo de la psicoterapia de grupo y en el psicodrama en las plazas, con prostitutas y niños. Radicado en Nueva York, ya en 1821 le dio forma concreta a la técnica con un objetivo terapéutico. "El psicodrama es un método para sondear a fondo la verdad del alma a través de la acción", definía Levy Moreno.

"Fue el objetivo de Moreno, al crear el psicodrama, construir un encuadre terapéutico que utilice como modelo a la vida misma", sostiene Cela y agrega que construye con los recursos del teatro un espacio donde pueden confluir psicología, sociología y metafísica.

Cela define al psicodrama como una técnica psicoterapéutica con origen en el teatro, que trabaja las dificultades de los pacientes a partir de la puesta en escena de las situaciones de la vida diaria. "Pensar la vida como si fuera un teatro permite a la persona salirse, buscar la objetivación de su ser en el mundo con los otros, como en una obra", asegura.


Diagnóstico y tratamiento
Para su creador, el psicodrama es tanto un método de diagnóstico como de tratamiento, en el que el paciente puede resolver sus problemas ante la mirada del grupo y del terapeuta. Para que haya psicodrama se necesita ante todo un problema o conflicto. "La historia personal pasa a ser una obra a componer", indica el psicoterapeuta.

Además, se precisa de un espacio físico adecuado, que será el escenario donde el o los pacientes pueden resolver problemas con la ayuda de unos pocos "actores terapéuticos", manifestó Moreno.

"El trabajo de psicodrama permite a los pacientes una relación de mayor espontaneidad y conexión con ellos mismos y, como consecuencia una profundización en su autoconocimiento", agrega Cela. El paciente se convierte en protagonista de su propia obra, pero según se advierte, será a la vez "un emisario del grupo".

El público está representado por los integrantes del grupo de terapia. No son pasivos, sino que participan de modo emotivo en la escena y comparten con el protagonista sus propias experiencias. Finalizada la obra se conversa sobre lo actuado, prestando atención a los sentimientos de cada participante.

La modalidad ficticia permite hacer cosas que se encuentran fuera del alcance de la persona en la vida real, como expresar emociones temidas, cambiar patrones de conducta o exhibir nuevos rasgos. Una vez que eso se ha podido vivenciar corporalmente, aunque sea en modo ficticio, esas nuevas experiencias pueden formar parte del repertorio de la vida real.

Cela sintetiza la labor en equipo: cuando se actúa con psicodrama se establece una modalidad de trabajo. "Los coordinadores de la tarea proponen una serie de pasos con el objetivo de elaborar la temática y producir un conocimiento que no sea sólo mental, sino vivencial y sentido por los asistentes".

Los pasos que siguen son una preparación corporal que consiste en tomar contacto con el propio cuerpo, después de haber mantenido la atención mental un largo rato. Luego, con diversas técnicas, el grupo mayor se divide en varios grupos más pequeños, generándose así un clima más íntimo donde comenzarán a mostrar cómo repercutió la temática.

"Así constituidos, conectados con nuestro sentir en torno a lo hablado, preparamos una dramatización sobre el tema. Se trata de un proceso de aprendizaje donde se descubren capacidades que estaban ocultas a la percepción que cada uno tiene de sí mismo", describe Cela.

Hacer psicodrama es, para Cela, "pasar al otro lado del espejo, encontrar nuevos sentidos en la vida diaria, intentar asumirse como doble. Se trata de los cinco sentidos puestos en la experiencia de la conciencia de sí. Se busca en el proceso creativo una re-unión con la experiencia que se tiene del propio cuerpo. Es la búsqueda de la salud espiritual", resume.

Rita A. Barratto
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