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 domingo, 04 de junio de 2006  
Las pruebas. Los elementos secuestrados inciden en las causas penales
Más de 100 mil objetos son custodiados en el depósito judicial de los Tribunales
Es único en el país. Su metodología es imitada por otros tribunales y está informatizado.

Claudio González / La Capital

Cuando el común de la gente se pregunta dónde fueron a parar los objetos secuestrados en las causas penales o los procedimientos policiales, muy pocos saben que en el primer subsuelo del Palacio de los Tribunales provinciales de Balcarce y Montevideo existe un espacio destinado a tal fin que, a decir de la familia judicial, "es un orgullo en el país".

Se trata de 305 metros cuadrados de la denominada técnicamente "sala de efectos", distribuidos en cuatro habitaciones. En ellas se guardan detalladamente más de 100 mil objetos -algunos muy raros- de las causas que se tramitan en los juzgados locales.

En los pasillos del Tribunal muchos coinciden: "Antes de la transformación había un abarrotamiento sin control, era todo muy desordenado y no se sabía dónde estaba cada elemento cuando era requerido por los jueces". Pero a partir de una profunda reconversión física y orgánica los juzgados se vieron beneficiados. Antes debían albergar lo incautado y eso atentaba contra la higiene de un lugar meramente administrativo.

Así, la reconversión paulatina del depósito judicial comenzó a tomar forma hasta llegar a su inauguración en julio de 2002. Hoy es considerado un orgullo del Tribunal local, cimentado en una experiencia piloto inédita en el país.

Si bien la sala había sufrido varios intentos por sistematizar el trabajo, fue recién hacia fines de los 90 cuando se pudieron aplicar métodos sencillos pero muy efectivos que tienen como propósito guardar el material de tal manera que haya un seguimiento prolijo desde su ingreso hasta su destrucción, donación o restitución, manteniendo además ciertas pautas de salubridad.

Desde la rama seca de un árbol y un caño de agua de cemento premoldeado, hasta un jeep de juguete a batería, las famosas tumberas, cuchillos, electrodomésticos, ropa íntima de hombre y mujer, computadoras completas, leche en polvo, esquíes acuáticos, o simplemente un par de zapatillas, son etiquetados y dispuestos en cajas que luego se apilan ordenadamente en estanterías. Estas son las pruebas que tienen los juzgados para dilucidar las causas.

El apartado de la sala de armas presenta características especiales. Hay 4.300 piezas etiquetadas entre pistolas, revólveres, tumberas, ametralladoras, rifles y escopetas. Allí se acondicionaron armarios metálicos con norias internas en 22 pisos a lo alto. Cada gaveta tiene códigos que remiten automáticamente al arma allí alojada. La subdivisión permite diferenciar las cortas (0 a 30 centímetros de largo), medianas (30 a 50 centímetros) y largas (50 a 120 centímetros). Todas tienen una tarjeta identificatoria la cual especifica datos técnicos, la fecha de ingreso, juzgado interviniente y carátula de la causa.

"Este sistema fue ideado aquí y para ello se escuchó la opinión de todos las personas que tienen algo que ver con el Tribunal", explica Osvaldo Corona, jefe del la oficina.

El trabajo se ha optimizado de tal manera que solamente dos personas administran la gran cantidad de elementos que allí ingresan. Para Corona es muy importante que ante una eventualidad "cualquier empleado pueda familiarizarse rápidamente con el manejo del depósito a través de los programas informáticos", que también fueron creados especialmente por personal de Tribunales.

Meticuloso ordenamiento
Todo lo que ingresa la sala de efectos es volcado a un formulario (oficio de remisión) que luego se informatiza para generar un rótulo identificatorio. Es más, el programa tiene la virtud de asignarle al cada pieza la ubicación física que le corresponde dentro del depósito. Antes de ser guardado, pasa por la mesa de trabajo donde se lo prepara y guarda en bolsas de polietileno de 80 micrones, lo que permite un perfecto resguardo para que no sufra alteraciones climáticas o deterioro ante la manipulación. Luego se los embala en cajas y se dispone en estanterías. Si se trata de elemento grandes, como televisores o computadoras, quedan a la vista.

También cualquier cambio que se produzca en el transcurso de la causa con el que tienen vinculación el objeto se vuelca al archivo informático. Los juzgados lo puede requerir para su restitución definitiva, pero si se trata de un pedido para peritaje deben devolverlo en 10 días. "Esto hace a una circulación rápida de los elementos, sin que los juzgados tengan que guardarlos con el consiguiente beneficio de sanitario e higiénico para el tribunal. La idea es que esto sea dinámico y las cosas no permanezcan eternamente aquí, apunto Corona sobre modus operandi del depósito.

Estantería y antihumedad
Además de la sala de armas, hay otras dos de efectos comunes que cuentan con un tratamiento antihumedad. Los objetos son dispuestos en estanterías metálicas de 6 o 9 pisos, con pasillos internos para un fácil acceso y retiro de la mercancía.

Allí se encuentra de todo. Desde armas fabricadas por los delincuentes con un sorprendente ingenio, en general las "tumberas", hasta pistolones "caseros" y pistolas del más variado calibre.

Finalmente y a modo de cerrar el circuito de los elementos, cada seis meses se realizan donaciones a entidades de bien público o se destruyen en el crematorio del Cementerio La Piedad. En el caso de las armas y balas se entregan al Ministerio de Gobierno de la Provincia para destinarlas a la la fuerza policial. Y en el caso de estar inutilizables o que la causa se haya cerrado, se procede a su fundición.

En los casos de las prendas, artículos del hogar, bicicletas y otros objetos similares que fueron en su momento parte de un botín y que por distintas razones quedaron a disposición del Poder Judicial y son donados a entidades de beneficencia. Desde 2000 a 2003 fueron entregadas 14 camionetas repletas con mercadería tanto a Cáritas como a otras organizaciones solidarias.

Lo cierto es que la tan mentada reforma del Poder Judicial que impulsa el gobierno provincial ya tiene un tema menos de que preocuparse. La Sala de Efectos de los tribunales locales da muestras claras de un criterio orgánico que se ajusta a la demanda actual de la estructura judicial.


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Las famosas tumberas, ramas y hasta un cuatriclo a batería.

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