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 jueves, 04 de mayo de 2006  
De no creer. Directivas de los establecimientos ya no hacen las denuncias y perdieron la cuenta de los atracos que padecieron
El vandalismo en dos escuelas vecinas dejó a unos 1.500 alumnos sin clases
En la Técnica Nº 346 se robaron todos los cables y a la 6.018 la incendiaron. Están en la misma manzana

Laura Vilche / La Capital

De no creer. Primero fue el turno de la Escuela Técnica Nº 346 (Deán Funes 7815). El fin de semana largo le robaron los cables de la luz y sus 550 alumnos perdieron prácticamente dos días de clases; no había ni agua en los baños. La ola de vandalismo no se detuvo. A pocos metros de allí, en la misma manzana, los vecinos de barrio Godoy aseguran haber visto antenoche a cuatro menores ingresar a la Escuela Nº6.018 "Dr. Victoriano Montes" (Larralde 3305). No robaron nada, pero incendiaron una galería, el techo se desplomó y quedaron ocho aulas prácticamente inhabilitadas. Así, otros 930 chicos no podrán dar clases normalmente hasta la semana próxima. Para las directivas de ambos establecimientos los sucesos no son extraordinarios. Es más, sostienen que ya no hacen las denuncias y que hasta perdieron la cuenta de los atracos que padecieron.

Desde la seccional 32ª de la policía le confirmaron a La Capital que por el último caso dos chicos de 14 años fueron detenidos ayer y quedaron a disposición del Juzgado de Menores Nº3 de Jorge Cartele. Y que habría más implicados.

Los rumores en el barrio se propagaron más rápido que las llamas. Que el olor a quemado comenzó a sentirse antenoche alrededor de las 23.30, que cuatro chicos se habían metido en el patio de la escuela y que quisieron ingresar al edificio, pero al toparse con las rejas de las ventanas arrojaron algo encendido, que son chicos del barrio, que un hombre alertó a la policía del lugar que responde mal y tarde. Y mucho más.

Lo cierto es que un vecino y ex alumno, Marcelo Durán, aseguró que se acercó a la puerta del establecimiento y pudo ver el accionar de los bomberos y cómo "el fuego se devoraba el techo". En tanto, el sumariante de la comisaría 32ª, Hermenegildo Landriel, sostuvo que fueron los agentes quienes divisaron el incendio y dieron aviso a los bomberos. "Si no fuera por nuestro llamado, de la escuela no quedaría nada", aseguró el agente.

Tras el accionar de los bomberos, el edificio quedó clausurado y cuando alumnos y maestros del turno mañana quisieron ingresar, se encontraron con la sorpresa: vidrios rotos, la portería consumida por las llamas, las paredes y el techo de una galería completamente negros y sólo los rastros de lo que fueron láminas, muebles y cortinitas hechas por el mismo personal docente. Más de una maestra lloraba. "Vendimos rifas de huevitos de Pascua para juntar plata para los vidrios, los porteros habían pintado la galería, acá todo se hace a pulmón, ¿me querés decir para qué?", se preguntaba Estela Sánchez, una docente.

A las pocas horas se presentaron funcionarios del Ministerio de Educación y del Fondo de Asistencia Educativa (FAE). Y se acordó que desde hoy y durante todo el fin de semana se trabajará en la reparación de los techos para poder reanudar las clases la semana próxima. También se prevé ir regularizando la situación de las comidas de los chicos, ya que el comedor también quedó afectado por el incendio, y todo hacía prever que hoy se servirían raciones frías.


Una constante
La vicedirectora del turno tarde, Teresa Herrera, hace 20 años que trabaja en la escuela y dice que los robos son constantes, pero que en los últimos tiempos se agravaron. "De la comisaría vienen cada vez que los llamamos porque nos cascotean cada dos por tres cuando estamos en el patio, pero ¿qué más se puede hacer?", se preguntaba la docente.

En tanto, la directora de la Escuela Técnica Nº346 (a la que el fin de semana largo le robaron los cables de la luz), María Elena Guiú, describió ayer al establecimiento como "una cárcel". Según dijo, todo lo que tiene valor -herramientas y máquinas- está protegido por rejas, doble puerta y alarma porque si no "desaparece".

Allí, desde el sábado pasado y hasta ayer no hubo luz, ni agua (los tanques se llenan con bomba eléctrica) porque se robaron los cables. Eso provocó que prácticamente durante dos días se dieran clases hasta que la luz del sol lo permitió.

Pero esa no es la única alternativa a la que echaron mano en esta escuela para garantizar el normal dictado de clases. Tienen un aula móvil con techo de chapa y sin aislante, donde cursan el 2º y 3º año del polimodal (ver aparte); un salón caluroso en verano y helado por estos días al que ya le han robado el techo y la ventana. Ambas pérdidas se han repuesto con fondos de la cooperadora. "Pero nos hemos acostumbrado a trabajar en condiciones poco dignas; ruego que no asista todo el alumnado durante una jornada porque no tendrían donde sentarse. Pedí en marzo de 2005 al ministerio un total de 115 sillas pero no tuve respuesta, si no fuera por la vecinal o la escuela Nº6.018 que nos presta algunas, no sé qué haríamos", se queja Guiú.

No obstante, la directora no acusa a nadie en particular por los robos. "Dicen que son chicos del barrio o ex alumnos, yo sólo puedo decir que en esta zona hay muchos excluidos del sistema y que la escuela es la institución más vulnerable de ese sistema, ¿dónde expresaría la gente marginada su bronca, en la policía, en Tribunales?", interrogó la docente.
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Los maestros miran con resignación el estado en que quedó una de la aulas.

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