Nuevo cuento del tío, con agresión y robo

Entraron a la casa de una anciana en Lagos al 3000. Le robaron 4 mil pesos tras golpearla a ella y a una amiga

"Señora, venimos a traerle dólares para su hija", alcanzó a escuchar, a pesar de sus problemas auditivos, una anciana de 85 años cuando llegaba a su casa de la zona sudoeste el martes a la tarde. Fue suficiente para que Filomena, que estaba con una amiga de 80 años, cayera víctima de un cuento del tío de los que, al parecer, más han proliferado en los últimos tiempos. Ambas mujeres fueron golpeadas por las dos personas que ingresaron a la vivienda, de la que se llevaron unos 4 mil pesos. Este y otros casos ocurridos en los últimos días coinciden, a partir de lo expresado por las víctimas, en describir a los timadores como personas con apariencia de gitanos por su forma de hablar o de vestir. En este sentido, la policía sigue la pista de un auto que habría sido utilizado en estos casos, que se presume estarían relacionados.

Cuando el martes, alrededor de las 16, Filomena llegaba a su casa de Ovidio Lagos al 3000 acompañada por Rosa, una amiga de 80 años. Frente a la vivienda estaba estacionado un auto "oscuro, entre verde y gris", según relató a La Capital su hija Elida de 66 años, quien vive enfrente de su mamá. Cuando ambas ancianas llegaron a la puerta "un hombre se bajó del auto y le dijo que traía dólares para su hija Elida", recordó asombrada la propia Elida. "Tenían el dato preciso de mi nombre y a su vez sabían que no estaba en mi casa".

Sin desconfiar, Filomena entabló una conversación amistosa con los supuestos amigos de su hija, uno de los cuales parecía el hijo del otro. Además, la anciana vio que los acompañaba un mujer joven y rubia. El trío argumentó que "tenían 20 dólares que darle a su hija y que necesitaban que Filomena los guardara hasta que ellos regresaran de Italia^, añadió Elida.

Como los delincuentes le pidieron a Filomena que anotara un número de teléfono, ésta abrió la puerta. Así ingresaron. "Uno de ellos la llevaba a mi mamá del brazo -sostuvo Elida- mientras le hablaba casi al oído. Por eso los vecinos que observaron los movimientos no se percataron de nada ya que pensaron que eran unos familiares, ya que tenían aspecto campestre".

Adentro el tono amistoso derivó a violencia: el más joven de los ladrones ató las manos de Rosa con cordones, la arrojó a la cama y se puso a revolver la habitación. "El otro -añadió Elida- tomó a mi mamá del cuello y mientras gritaba «dónde están los dólares» no dejaba de asfixiarla. Sin soltarla la pasearon por toda la casa, desordenaron todo y agredieron psicológicamente a las dos con amenazas e insultos. En un momento uno se asomó a la ventana, al parecer por una alerta, y se fueron".

Recién ayer Filomena notó la ausencia de unos 4 mil pesos que tenía guardados en una cajita de zapatos en el interior del ropero. "Mi mamá sólo me describió el acento gitano que tenían los dos hombres y que estaban vestidos de manera informal". Además la hija de la víctima contó que "decidieron no hacer la denuncia por que en un primer momento no faltaba nada y había sido solo un mal momento".