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 domingo, 09 de abril de 2006  
Cuentas públicas. La oposición puso el foco en el crecimiento de los servicios de la deuda. El gobierno asegura que es manejable
Empieza el debate por el presupuesto municipal 2006
Aunque el proyecto fue presentado el año pasado, por estos días se acelera el análisis legislativo

Marcos Cicchirillo / La Capital

Aunque fue presentado a finales del año pasado, el proyecto de presupuesto municipal para el año 2006 comenzó recientemente a moverse por los pasillos del Concejo. Dentro de una previsión de gastos que no presenta grandes cambios respecto del año anterior, las miradas de la oposición se centraron sobre el aumento de las erogaciones relacionadas con el pago de deuda pública, de 9 millones de pesos este año. Desde el Ejecutivo responden que se trata de compromisos perfectamente manejables y vaticinan que en los próximos años la relación entre el presupuesto y las obligaciones financieras tenderá a disminuir.

El endeudamiento de Rosario se concentra fundamentalmente en la inversión en obras públicas (centros de distritos, remodelación de avenidas e infraestructura para la salud pública) a través programas para grandes aglomerados urbanos (GAU) y municipal de inversiones (Promudi) -que dependen del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- y, en menor medida, del programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Pero hasta enero de 2007 tendrán todavía una fuerte incidencia de algunos grandes juicios contra el Estado local (como el los de los empleados municipales).

El crecimiento de las erogaciones del gobierno municipal en este rubro, en los últimos tres años, respondió a la dolarización de préstamos, al fin del período de gracia para el pago de capital de los créditos tomados a largo plazo y a la finalización de obras públicas en ejecución que activa al semestre siguiente la obligación de pagarlas.

De esta manera, el municipio pasará de pagar 8,1 millones de pesos en el 2000 a un proyectado en el 2006 de casi 30 millones de pesos, un 27,6% más que el año pasado (20,6 millones de pesos).

De estos casi 30 millones de pesos, 8 millones (27%) corresponden al pago de intereses, y 21,75 millones (73%) son asignados a la amortización de deuda. Estos últimos pasivos se relacionan en su gran mayoría con la cancelación de préstamos de largo plazo (20,9 millones de pesos) y, en menor medida con la amortización de préstamos de corto plazo (770 mil pesos).

La Secretaría de Hacienda municipal estimó el presupuesto de 2006 en 576 millones de pesos, por lo que el peso de la deuda representa el 5,2%. El titular de la cartera económica, Carlos Fernández, aclaró que esa proporción caerá en el transcurso del año, producto del crecimiento de los ingresos por encima de lo proyectado, y del aumento de los gastos. Sobre todo teniendo en cuenta que el proyecto ingresado al Concejo no contempla el aumento salarial otorgado a los empleados públicos y contiene además una pauta de inflación conservadora.

Un proceso similar ocurrió en los últimos años. Por ejemplo, en el 2005 el gasto presupuestado fue de 480 millones de pesos. Después se sumaron 36 millones del aumento salarial y un fuerte incremento de precios de los insumos (sobre todo en medicamentos y traslado de enfermos a centros de alta complejidad). Así, el presupuesto finalmente ejecutado (estos números serán presentados a fin de mes en el Concejo) fue finalmente de 571 millones de pesos. Con este crecimiento, el peso de la deuda de 20,6 millones de pesos que afrontó el gobierno municipal, terminó representando el año pasado del 3,62% del gasto.

En el quinquenio 2001/05, el promedio de la participación del peso de la deuda en el presupuestos fue de 3,25%. "Para los próximos años esperamos un leve crecimiento del gasto en intereses y amortización de capital debido a que se incrementará la incidencia que sobre este rubro tendrá la cancelación de los fondos obtenidos en el marco del convenio del programa GAU, pero en ningún caso eso implicará modificaciones significativas en el conjunto de los compromisos de la Municipalidad", señalaron desde Hacienda.


El stock de compromisos
Según Fernández, el mayor peso de la deuda que debe afrontar el gobierno municipal está concentrado en los años 2006 y 2007, pero después tenderá a disminuir debido a la desaparición del pago de los juicios a los empleados municipales. Por este concepto se viene pagando desde 1997 y su cancelación significará una reducción de más de tres millones de dólares anuales.

El municipio hasta el 31 de marzo tiene contraído préstamos de largo plazo por más de 32 millones de dólares, que se terminarán de pagar en el 2017. Los compromisos tomados a través del GAU son por 27.159.517 de dólares y, con el Promudi, por 4.610.155 de dólares.

Sin embargo, la culminación de las obras en el nuevo Heca y la Maternidad Martin, la informatización de atención primaria de la salud, la finalización de los centros de distritos noroeste y suroeste, la remodelación de la avenida de los Granaderos y pavimentación de barrio Belgrano, entre otras, y que según proyectado terminarán antes de que diciembre de 2007, hará que el volumen de préstamos tomados a largo plazo a través del GAU se eleven hasta los 60 millones de dólares.

Por eso, los compromisos de algo más de 3 millones de dólares anuales en los próximos años con el BID, prácticamente se duplicarían.


Críticas desde el frente
Aunque desde la oposición coinciden con las ventajas de la descentralización de la administración municipal remarcan que implica un aumento de los costos fijos para el Estado y la concentración de las mejoras en las zonas de mayores recursos económicos.

Los ediles justicialistas resaltan el salto que se produjo en el gasto desde 2003 cuando el municipio utilizó 337 millones de pesos para cerrar el ejercicio, mientras que en el 2005 necesitó 571 millones.

Por eso, los concejales del Frente para la Victoria no ocultaron su preocupación acerca de que el crecimiento de los costos fijos y del nivel de endeudamiento coloque al municipio frente a una situación financiera complicada en los próximos años, más aún cuando recordaron que el gobierno municipal ya apeló a un fuerte aumento de la tasa a comienzos de año.

Desde el gobierno municipal, el secretario de Hacienda contragolpeó ese cuestionamiento con otro: "Si el municipio recibiera lo que le corresponde de coparticipación de la provincia seguramente las arcas municipales mostrarían todavía más holgura" y quedarían "despejadas" totalmente las dudas sobre la capacidad de pago de Rosario.

El funcionario admite que la descentralización significa mayores costos fijos, pero descartó el peso de la contratación de personal en este ítem. "Hasta ahora lo que se hizo fue trasladar personal de la administración central a los distritos", sino a los gastos de mantenimiento de infraestructura.

Fernández y su equipo en Hacienda relativizan también los cuestionamientos del peso de los pasivos en el mediano y largo plazo al considerar que teniendo en cuenta las evoluciones de la económica (crecimiento e inflación) y del presupuesto municipal la proporción de las obligaciones los servicios de la deuda dentro del gasto se mantendrá en niveles en torno al 3,5%, 5%.

Además, señalan que son créditos con una baja tasa de interés (actualmente está en el orden del 5% anual y especulan que el valor del dólar no sufrirá grandes variaciones.


A futuro
Algunos economistas locales consultados sobre este tema plantearon que el gobierno rosarino podría encontrarse con un "techo" por el lado de los ingresos, lo que le dificultaría el sostenimiento del actual ritmo de vida (nuevas grandes obras, en particular) en los siguientes años.

El argumento que utilizan es que si el gobierno de Lifschitz ya "puso al día" la tasa y la provincia se mantiene en su postura de no aumentar los gravámenes coparticipables, la capacidad de hacerse de más recursos quedará acotada al nivel de actividad y la evolución de la inflación.

Por lo que con una estructura mayor del Estado, mayores compromisos de deuda y la finalización de las posibilidades de tomar préstamos por medio del BID a través del programa GAU están llevando al gobierno local a estudiar otras variantes en materia de financiación, si decidiera encarar futuros paquetes de obras públicas.

Por lo pronto, algunos posibilidades dentro del Promudi y de las Naciones Unidas por medio del PNUD todavía podrían servir para incluir alguna obra pública de cierta envergadura.

También lograr transferencias de organismos y de los Estados nacional y provincial, como la que sobresale este año para el proyecto del Parque Hipólito Irigoyen, donde recibe el aporte de algo más de un millón de pesos de la Comunidad Europea en el marco del programa Urbal; y los dos millones del Fondo de Emergencia Social para la pavimentación de calles de la ciudad.

En este sentido, el gobierno buscará que se transforme en realidad la promesa del presidente Néstor Kirchner de aportar los fondos (estimados en 100 millones de dólares) para la recuperación de los muelles del Parque España.


Participación privada
En tanto, dentro de los primeros borradores esbozados se baraja la hipótesis de apelar a nuevos mecanismos de financiación. Una de ellas es la conformación de fideicomisos para obras puntuales, de menor envergadura, como puede ser la transformación de algunas zonas comerciales.

Una fórmula bajo la lupa, que requerirá del armado de un andamiaje jurídico mediante la sanción de algunas ordenanzas para habilitar al Estado local a participar en este tipo de operaciones, es que los frentistas conformen el fideicomiso con sus propiedades u otros activos, el Municipio sea garante y un banco otorgue el préstamo que después será pagado por los beneficiarios.

Un esquema que ya estarían analizando algunos grupos de empresarios en zonas del centro de Rosario y otros en la reconversión de algunos puntos de la ciudad hoy en desuso hacia un perfil más comercial.
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El recinto del Concejo será escenario de la discusión del presupuesto 2006.

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