La Capital
Restaurantes Profesionales
Archivo   Buscador:   Avanzada  
Año CXXXVII Nº 49075
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
La Región
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Señales
Escenario
Economía
Mujer
Turismo


suplementos
ediciones anteriores
Salud 05/04
Turismo 02/04
Mujer 02/04
Economía 02/04
Señales 02/04
Educación 01/04
Estilo 18/03
En el aula 18/03

contacto
servicios
Institucional




 domingo, 09 de abril de 2006  
candi
Charlas en el Café del Bajo
-Durante la semana que comienza, la comunidad judía y el pueblo cristiano celebran sus respectivas Pascuas. Como si Dios quiere tendré tiempo el próximo domingo de hablar de las Pascuas del cristianismo, esta columna de hoy quiero dedicarla a la comunidad israelita y a su Pesaj. Y voy a aprovechar para hablar en ese marco de la tristeza, del dolor. ¿Qué es Pesaj? Es el recuerdo que los judíos hacen de su liberación de la esclavitud de Egipto. Para algunos Pesaj es el "pasaje" de la tierra de la esclavitud a la Tierra Prometida, puntualmente, sin embargo, es el acto por el cual se recuerda que Dios salteó las casas de los hebreos que vivían en la tierra del faraón, salvándolos, cuando condenó a muerte a los primogénitos de los egipcios en virtud de la negativa del monarca para liberar al pueblo de Israel. Pero considerado de manera más amplia, Pesaj es también la historia de cada ser humano.

-¿Cómo es eso?

-Lo voy a decir de la siguiente manera: Egipto es el dolor, el dolor que tiene el pueblo de Israel en la esclavitud y que tiene todo ser humano en determinados momentos de la vida. Los judíos sufren mucho en Egipto, no sólo por ser obligados a trabajos y acciones inhumanas, sino por las injusticias que padecen y por esa tremenda soledad que los invade. Pero los judíos no aceptan la esclavitud y sus consecuencias como una forma de vida, es decir no aceptan como parte de la verdad el dolor permanente y le ruegan a Dios que los libere. Queda claro en La Torá (al menos para mí) que Dios tampoco desea para sus hijos la tristeza como modelo de vida. La oración es escuchada y Moshé recibe el gran mensaje: "Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo". Un mensaje que dice poco más adelante: "Bajaré y lo rescataré de la mano de Egipto y lo ascenderé de esta tierra a una tierra buena y amplia, una tierra en la que fluye la leche y la miel". Es decir, Dios desea para su pueblo no la amargura de la esclavitud, sino la dulzura de la liberación, no el dolor, sino la paz interior.

-¿Qué significa, para usted, el desierto, el Exodo. Allí también hubo dolor.

-Esa es la transición, es el paso de un modo de vida a otro. Es cierto que hay también dolor en el período de transición, pero en esta etapa hay algunos sentimientos que son fundamentales para alejarse del gran dolor de Egipto: esperanza, fe y amor. Esto le ocurre también a cada ser humano cuando procura salir de la tristeza: tiene su desierto, pero este desierto no debe tomar al peregrino sólo, sino armado de una fuerte esperanza, de una fortalecida fe, de una buena dosis de amor. Desde mi absoluta convicción de la existencia de Dios (ya he dicho alguna vez qué es Dios para mí) y desde mi aceptada condición de pecador (algunos amigos dirán que otra vez me confieso ante el lector) siento la necesidad de decir hoy, en estas vísperas de Pesaj, que Dios no creó al hombre para la tristeza, no lo hizo para la esclavitud permanente en Egipto, lo hizo para que sea libre de todo yugo, lo hizo para la ascención a la paz interior. Es cierto, como sugirió una lectora y como nosotros hemos sostenido aquí, que al dolor Dios le da un sentido. Es cierto, por ejemplo, que el dolor de los judíos en Egipto no es vano en todos sus aspectos, pues en él ellos se fortalecen en valores sublimes como seres individuales y como pueblo, elevan su espíritu, valoran la verdad y salen de la mano de Dios a buscarla. Pero amigos míos, cuando la tristeza se prolonga y deja de cumplir el propósito de elevar nuestros espíritus, de hacernos mejor como personas buscando la verdad, debe huirse de ella como del Faraón.

-Pero parace, Candi, que Egipto retorna siempre.

-Nuestra vida es un movimiento pendular, nuestra vida es una sucesión de Egiptos, desiertos y tierras prometidas. Cada vez (y no me pregunte por qué) creo más en la Tierra Prometida que está al final del camino y creo también que muchos pesares le ocurren a la humanidad porque no cumple con ciertas normas básicas para la vida, por no cumplir con lo que Dios aconsejó en el desierto, en el "paso" amar. Amarse uno mismo, primero y en la medida necesaria, para poder amar al prójimo. Para concluir hoy le regalo una frase que siempre llevo a flor de labios cuando alcanzo la tierra prometida temporal y eventual, es decir la dicha, la paz interior el momento de bonanza. Es la frase que Dios le dice a Moshé y al pueblo de Israel cuando lo libera: "Acuérdate siempre que fuistes esclavo en Egipto". ¿Para reflexionarla no?

Candi II

[email protected]



clima mas
Mín 16º - Máx 27º
inestable.gif

la frase del día
"Kirchner encargó a Corach que vaya estudiando adelantar las elecciones"
Rosendo Fraga
Politólogo
Ver noticia


tapa edición impresa


humor mas humor
ampliar

horoscopo mas
Aries - 21/03 al 19/04
horoscopo


     Tráfico medido por Certifica.com La Capital     Copyright 2003 | Todos los derechos reservados