Judo: Albarracín cumplió una gira exitosa por Europa

Fue segundo en Alemania, tercero en Austria y noveno en Francia

La gira europea del judoca rosarino Miguel Albarracín resultó un éxito. La medalla de plata en Alemania, la de bronce en Austria y un noveno puesto en el exigente torneo de Francia así lo certifican. Cada participación significó una nueva experiencia para las ambiciones futuras del rosarino, léase Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007 y Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Competencia y práctica. En eso consistió su excursión por Europa. La primera estadía fue en Francia. Convivió con doscientos judocas de diferentes partes del mundo en un campus de entrenamiento en París y participó de un torneo Súper A, "del mismo nivel de un Mundial", según Albarracín, quien compite en la categoría 60 kilogramos. Quedó en el noveno puesto y asegura que demostró "estar a la altura de los mejores.

"Francia era mi primer torneo de la gira y busqué adaptarme a la velocidad de pelea del europeo, sobre todo de los rusos, los estonios y los georgianos", señala.

Pero la experiencia no lo dejó completamente satisfecho y en Leonding (Austria) logró la medalla de bronce, que le sirvió para superar un trauma que arrastraba desde hace tiempo. "Los cuartos de final eran como un estigma para mí. En Francia llegué a esa instancia y perdí, y me había sucedido lo mismo en el último Mundial de El Cairo y en los Juegos Olímpicos de Atenas. Era un obstáculo psicológico y el tercer puesto en Austria me devolvió la confianza".

Para superar esa dificultad, venía trabajando con el psicólogo Marcelo Márquez, "para ganar en confianza y superar las situaciones límites. Y para aprender que a los cuartos de final no llega ningún paquete y que por algo yo estaba ahí", manifiesta.

En el combate por la medalla de bronce, el rosarino derrotó al checo Pavel Petrikov, tras caer en semifinales con el ucraniano Georgiy Zantaraya.

La etapa siguiente prosiguió en Hamburgo (Alemania) donde accedió a la final y se encontró con su sombra negra: el japonés Tatsuaki Egusa. "Es el mismo que me eliminó en el Mundial de El Cairo y de nuevo no pude encontrarle la vuelta a sus desplazamientos. Es muy rápido y, a la vez, fuerte. Voy a tener que trabajar y competir en algún otro torneo donde esté él para intentar derrotarlo", manifiesta.

Al margen de la derrota, destaca: "Las dos medallas me dan la pauta que el camino de entrenamiento es el correcto. Sirven para ganar en confianza pensando en una medalla en los Juegos Panamericanos de Río y en los Juegos Olímpicos de Beijing".