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 viernes, 24 de marzo de 2006  
Siete presos murieron en un motín en San Pablo
La revuelta pudo ser controlada ayer, luego de dos días en los que los prisioneros tomaron tres rehenes

Siete prisioneros murieron ahogados por el humo de colchones quemados durante una revuelta carcelaria en un pequeño poblado cercano a San Pablo, informaron ayer autoridades de esa institución carcelaria.

Los cuerpos de los reclusos fueron retirados ayer de la cárcel en Jundai, a unos 30 kilómetros de San Pablo, después de que las autoridades retomaron el control de parte de la prisión, dijo Carlos Gati, vocero de la Secretaría de Seguridad del estado.

Durante la revuelta, que fue controlada ayer, los internos habían ocupado una parte de la prisión y mantenían a tres trabajadores de la cárcel como rehenes, dijo Gati.

Los incidentes se desataron anteayer por una protesta de los reclusos ante la transferencia de algunos de ellos a otro centro de detención. Los líderes de los presos, a su vez, protestaron por la sobrepoblación de la cárcel, construida para recibir a 120 personas pero que alberga en la actualidad a cerca de 470 internos.

Tras los daños ocasionados al edificio, las autoridades negociaron con los amotinados un intento de poner fin a la rebelión, dijo Gati. "La situación fue muy confusa", advirtió.

Las revueltas carcelarias son casi un suceso semanal en Brasil, donde las cárceles sufren de altos niveles de hacinamiento. Numerosos activistas de derechos humanos han denunciado que los reclusos subsisten en condiciones infrahumanas.

El martes último, más de mil internos dejaron en libertad a diez rehenes tras una serie de revueltas en otras cárceles de San Pablo, el estado más poblado y rico de Brasil.

En enero una revuelta dejó un muerto en un remota prisión del estado amazónico de Rondonia. Fue la misma cárcel donde un sangriento motín de cinco días en abril de 2004 provocó la muerte de 14 presos, algunos de ellos decapitados y sus cabezas tiradas desde el techo de la prisión a manos de otros reclusos.

También en 2004, 30 reclusos y un guardia murieron durante una revuelta de tres días en el centro de detención Benfica, en Río de Janeiro. (AP)
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